El Canciller Jorge Faurie visitó pasadas las 20 del domingo a familiares de soldados caídos en la guerra de Malvinas, antes del viaje que esta madrugada emprendieron al cementerio de Darwin en las islas, para agradecerles su apoyo y asegurarles que la de este lunes será “una jornada conmovedora para todos los argentinos”.

Nosotros no vamos ni hemos declinado nuestro reclamo de soberanía, pero estamos construyendo una relación de diálogo con el Reino Unido que nos permita a cada uno de los familiares tomar contacto”, sostuvo el canciller al terminar el encuentro privado con los familiares.

A bordo de tres aviones, que partieron en la madrugada de este lunes desde Ezeiza, unos 200 familiares de 90 soldados sepultados en Darwin partieron al cementerio ubicado en las Islas Malvinas donde, por primera vez, verán sus tumbas identificadas con nombre y apellido.

En las Islas, una cronista y un fotógrafo del Diario Clarín tuvieron la oportunidad de recorrer el cementerio de Darwin antes de la llegada de la comitiva.

si el viento y el clima no traicionan poco antes del amanecer de este lunes, 214 familiares de los argentinos caídos en la guerra por las Malvinas que fueron identificados el año pasado por un sofisticado trabajo científico del Comité Internacional de la Cruz Roja y el Equipo Argentino de Antropología Forense, volará desde Ezeiza a Mount Pleasant.

El objetivo final de este viaje humanitario, que tiene antecedentes en el que se hizo en 1991 -el primero y único en su tipo hasta ahora-, es que esas familias puedan abrazarse a las tumbas que hoy llevan los nombres de sus seres queridos y que hasta hace pocas semanas llevaban la emblemática lápida “Soldado Argentino Sólo Conocido por Dios”.

En total, serán 248 personas las que viajarán a Darwin. Con las familias irán Geoffrey Cardozo, ex capitán del Ejército británico que comandó los enterramientos argentinos en Darwin de finales de la guerra de 1982 -son 230 tumbas de las cuales 121 no estaban identificadas hasta el año pasado-; el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, máximo rango del Gobierno argentino que puede viajar al archipiélago cuya soberanía reclama Argentina desde 1833; personal de la embajada británica, periodistas y miembros de la la empresa Aeropuertos Argentina 2000, de Eduardo Eurnekian, que financió el operativo y la restauración del cementerio y su cenotafio a mediados de los 2000.

El arribo al cementerio se espera que sea entre las 9 y las 10 de la mañana de este lunes, dependiendo de los grupos y del traslado por tierra que se hará en ómnibus desde la base militar-aeropuerto de Mount Pleasant a Darwin. A riesgo de ser detenido por las estrictas leyes impuestas por los isleños, nadie que viaje en este vuelo podrá quedarse en las Malvinas. Tampoco se podrá acercar la prensa a las familias, hasta que así se autorice y previo consentimiento de las mismas. No se puede desplegar ningún tipo de insignia o simbología argentina. Las 248 personas que se estiman en este viaje deberán emprender la vuelta a Buenos Aires aproximadamente a las 15 horas de este mismo lunes.

El operativo es muy delicado. En primer lugar, porque los padres de los caídos que siguen vivos tienen una edad muy avanzada, y porque no menos emoción tendrán también las viudas, hijos, y hermanos de los muertos que estarán en este contingente y que se espera sea el preludio de la reanudación de los históricos vuelos que el Gobierno argentino pagó durante años para todos los familiares de los caídos -los que ya estaban identificados y los que no- y que se interrumpieron en 2012 al recrudecer el conflicto Buenos Aires y Londres. En la mayoría de los casos, los familiares ahora no tenían pasaporte y hubo que hacérselos de urgencia.

Británicos e isleños estuvieron de acuerdo con darle los honores máximos a este reencuentro de las familias argentinas con sus muertos. Por empezar, cuando empiece la ceremonia poco antes de las 11 de la mañana, un gaitero ejecutará melodías para esperar a una Guardia de Honor que marchará en el extremo interno del cementerio con una postura de “Descasen Armas”, es decir con éstas apuntando hacia abajo en señal de respeto a los caídos.

La Guardia Escocesa tendrá un lugar central, y entonará las melodías que suelen oírse en los funerales y ceremonias militares de aquellos caídos en guerras a lo largo de todos los territorios del Commonwealth y colonias británicas. Son parte de las fuerzas británicas apostadas en las islas. La guardia escocesa tuvo por cierto un rol central durante las últimas horas del 14 de julio de 1982 en su arrasadora marcha sobre Monte Tumbledown. Una batalla de las más sangrientas, cuerpo a cuerpo y con bayonetas. Ahora homenajearán a sus viejos enemigos.

La ceremonia religiosa la comandará monseñor Enrique Seguí, arzobispo auxiliar de Buenos Aires, y participarán también los líderes religiosos de las islas, del culto católico y protestante. Habrá apoyo médico y psicológico antes y durante el tiempo que las familias estén frente a las lápidas de granito negro nuevas que fueron colocadas con el nombre y apellido del caído según el mapa y guía de la Cruz Roja.

A pedido del Vaticano, viajará desde el Reino Unido el abad Alan Hugh, administrador apostólico de las Islas. La presidente de la comisión de familiares de Malvinas, Fernanda Araujo, cuyo hermano fue identificado el año pasado leerá unas palabras en nombre del grupo.

 

 

Fuente: Télam y Diario Clarín
Foto: Fernando la Orden / Enviado Especial Clarín

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