Un equipo de biólogas liderado por Evangelina Vettese, de la Fundación Anfibia, descubrió dos ejemplares de la Ranita de Chaltén (Chaltenobatrachus grandisonae) en la Reserva Provincial Lago del Desierto, en la Patagonia Argentina.

Este hallazgo amplía el conocimiento sobre esta especie endémica, que, a pesar de su localización remota y su apariencia fascinante, sigue siendo un enigma para la ciencia. Sin embargo, su existencia está amenazada por factores climáticos y humanos, lo que subraya la urgencia de continuar con su monitoreo y conservación.

Un equipo de biólogas, encabezado por Evangelina Vettese, presidenta de la Fundación Anfibia, ha logrado un hallazgo trascendental en la Reserva Provincial Lago del Desierto, en la Patagonia Argentina. Durante un relevamiento realizado en diciembre de 2024, se descubrieron dos ejemplares de la Ranita de Chaltén (Chaltenobatrachus grandisonae), una especie endémica que, hasta hace poco, permanecía en gran parte desconocida para la ciencia

Este pequeño anfibio, que habita en los remotos bosques de lenga de la Patagonia Austral, había sido dado por extinto tras décadas sin avistamientos. Su redescubrimiento en 1997, gracias a la herpetóloga argentina Carmen Úbeda, marcó un hito en el estudio de especies patagónicas, pero aún faltaban muchos datos sobre su distribución y comportamiento.

La reciente expedición, que tuvo lugar en el difícil acceso del valle del río Toro, confirma la presencia de la Ranita de Chaltén en nuevas áreas de la región, lo que amplía el panorama sobre la distribución de esta especie.

Un habitante de extremos

La Ranita de Chaltén, de no más de 5 cm de longitud, se caracteriza por su coloración verde brillante, con tonos dorados o café en su espalda, y grandes ojos de iris naranja. Su capacidad para sobrevivir en los inhóspitos humedales de montaña, áreas cercanas a glaciares y turberas saturadas de agua, la convierte en un ejemplo fascinante de adaptación a entornos extremos.

Este anfibio, que se encuentra a más de 500 metros sobre el nivel del mar, se ha mantenido escondido durante años debido a su ubicación en zonas de difícil acceso, donde los vientos patagónicos y las bajas temperaturas predominan.

Una especie vulnerable

A pesar de vivir en áreas remotas, la Ranita de Chaltén enfrenta amenazas por factores humanos y climáticos. El pastoreo de ganado y el cambio climático están modificando los ecosistemas que esta especie necesita para prosperar. Aunque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasifica como Preocupación Menor debido a la falta de información suficiente, la Asociación Herpetológica Argentina la ha catalogado como Datos Insuficientes, lo que subraya la urgencia de continuar con los estudios para obtener datos precisos sobre su población y estado de conservación.

El papel de la Fundación Anfibia

La Fundación Anfibia, que desde El Chaltén trabaja en la conservación de los ecosistemas patagónicos, ha convocado a la comunidad científica y a la sociedad en general a sumarse al monitoreo y protección de la Ranita de Chaltén. A través de proyectos de investigación y sensibilización ambiental, la fundación busca involucrar a la población local en la protección de este y otros tesoros naturales de la región.

El hallazgo reciente refuerza la importancia de continuar con el monitoreo de especies de difícil acceso y subraya la necesidad de generar conciencia sobre los desafíos que enfrenta la fauna patagónica ante la presión humana y los cambios climáticos.

Mirando hacia el futuro

El equipo de biólogas continuará con su labor de investigación en la región para profundizar en el conocimiento sobre la distribución y comportamiento de la Ranita de Chaltén. La colaboración de la comunidad y el apoyo financiero son esenciales para garantizar la protección de esta singular especie y de los ecosistemas que alberga.

Si eres un afortunado observador de la Ranita de Chaltén o si visitas la región, la Fundación Anfibia invita a reportar avistamientos a través de sus redes sociales @fundacionanfibia. Cada aporte es un paso más hacia la conservación de este pequeño pero valioso tesoro de la Patagonia Austral.

Fuente: texto y fotos, Ahora Calafate

Deja tu comentario