Un estudio reciente llevado adelante por investigadores del CONICET en la provincia de Misiones reveló que las plantaciones de pino tienen consecuencias negativas en la biodiversidad y recomiendan mejorar el manejo de las forestaciones para reducir el impacto

En Argentina, cuando pensamos en agricultura, nos vienen a la mente las grandes extensiones de territorio destinadas a la soja o el maíz a través de la técnica del monocultivo. Son conocidas y ampliamente difundidas las consecuencias negativas que tiene este tipo de agricultura para el ambiente: agotamiento del suelo, contaminación por el uso de agroquímicos, perdida de ambientes nativos a causa de la expansión de la frontera agropecuaria, etc.

Sin embargo existe otro tipo de plantaciones en nuestro país que ocupan amplias extensiones territoriales y tienen efectos negativos sobre el ambiente. Una de ellas son las forestaciones de pinos para la producción maderera y de papel. Al igual que sucede con la soja, estos bosques de pinos exótico influyen negativamente en el ecosistema en el que se los implanta, aunque sus consecuencias no son tan conocidas.

La provincia de Misiones cuenta con más de 400 mil hectáreas cultivadas con forestaciones de pinos y eucaliptus, un 14% de la superficie de la provincia. Un estudio llevado adelante por investigadores del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS) comprobó que las plantaciones de pinos están modificando la diversidad y composición de la fauna en la provincia de Misiones. Los resultados, surgidos de la comparación entre poblaciones de animales de bosques nativos y de cultivos forestales, demuestran que tanto los mamíferos como las aves se ven afectadas. Maria Eugenia Iezzi, becaria doctoral del IBS, explica que “en ambas situaciones, comparamos la composición de todo el grupo de mamíferos, tanto grandes como medianos, y de las aves de suelo o de sotobosque, a través de registros que hicimos con cámaras trampa”. La becaria, una de las autoras del estudio, detalla que “se detectaron cambios tanto en el número como en la composición de especies de la fauna que habita ambos ambientes y comprobamos que la diversidad disminuye en las zonas de las plantaciones de pinos que se encuentran más alejadas de las grandes áreas protegidas de bosque”.

La disminución en las poblaciones animales responde a un manejo inadecuado de las plantaciones. La densidad de árboles cultivados y el poco espacio que se deja entre ellos, deja muy poco espacio e impide el correcto desarrollo de las especies vegetales autóctonas, lo que  tiene un efecto negativo, principalmente en la diversidad de aves. Los resultados obtenidos en este estudio permiten la elaboración de sugerencias para un correcto manejo de los cultivos de pinos. “Plantar a menores densidades y dejar crecer la vegetación nativa en las plantaciones es una de las medidas que puede reducir el impacto de la actividad forestal”, explica Iezzi. Además es importante mantener parches de bosque nativo entre las forestaciones de pino para facilitar la conectividad con las áreas protegidas y mantener la diversidad de especies. “Otra de las acciones que proponemos es la de realizar controles y actividades de concientización para disminuir la cacería, tanto dentro de las empresas forestales como en las áreas protegidas, ya que esto favorecería a la conservación de los grandes mamíferos”, agrega la becaria posdoctoral del CONICET en el IBS, Paula Cruz, coautora del estudio. “Los resultados de este estudio permiten hacer recomendaciones de mejores prácticas de manejo foresto-industriales, favoreciendo a la conservación de mamíferos y aves del bosque nativo en la provincia, uno de los mayores relictos del Bosque Atlántico, que es una de las eco regiones de mayor biodiversidad a nivel mundial y que se extiende por parte de Brasil y Paraguay”, destaca el investigador adjunto del CONICET en el IBS, Carlos De Ángelo.

 

Abel Sberna
Fuente: conicet.gov.ar

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