A comienzos de febrero de 2022, viajaron dos profesionales hasta la Base Belgrano II para realizar un estudio de suelo y avanzar, en las próximas campañas, con el anclaje de las estructuras que servirán de base a las antenas. Buscan minimizar el impacto ambiental y optimizar los recursos disponibles.

Con un estudio de suelos realizado en la presente Campaña Antártica de Verano 2021/2022, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) avanzó en los primeros pasos para instalar dos sistemas de antenas de reflector parabólico en la Base Antártica Conjunta Belgrano II, que brindarán servicios de Seguimiento, Telemetría y Telecomandos (TT&C) y de descarga de datos de ciencia de misiones satelitales.

“Buscamos aportar ampliando los conocimientos existentes con respecto a las distintas características particulares del Nunatak Bertrab, que es el afloramiento rocoso sobre el que se encuentra la Base Belgrano II y sobre el cual será necesario anclar dos superestructuras metálicas de 3 metros de altura, diseñadas a medida del proyecto, que servirán de soporte a las antenas y sus correspondientes radomos rígidos”, explicó Gustavo Rébola, Jefe de Unidad de Estaciones Terrenas de la Conae.

Rébola ya visitó el lugar en la campaña 2019/2020 para evaluar sus características y determinar si reunía las condiciones técnicas necesarias para avanzar en el proyecto. Tras llevar a cabo ese relevamiento, se realizó un estudio de impacto ambiental y se determinaron las condiciones técnicas que deberían contemplar las superestructuras metálicas.

Para avanzar en estos estudios, el pasado 12 de enero dos profesionales argentinos de las áreas de ingeniería civil y geotecnia partieron hacia la Antártida a bordo del rompehielos argentino ARA Almirante Irízar. Tras arribar a la Base Conjunta Belgrano II el 1 de febrero, se abocaron durante seis días a la realización de un estudio geotécnico, expuestos a factores meteorológicos extremos, con tiempos muy acotados. Para dicho estudio se planificaron perforaciones de hasta 2 metros de profundidad en la ubicación precisa donde se van a instar las antenas, como así también, diferentes ensayos y ejecución de anclajes para medir la resistencia de la roca y la resistividad eléctrica del terreno.

A diferencia de los métodos tradicionales de anclajes, que utilizan un bloque de hormigón, el objetivo de la CONAE es fijar las estructuras que van a sostener a las antenas directamente sobre la roca. “Este estudio va a proporcionar la información de resistividad del terreno como así también la necesaria para evaluar métodos de fijación alternativos. Se busca optimizar el uso de recursos y materiales y, por consiguiente, simplificar las tareas in situ con el beneficio de un menor impacto ambiental, entre otros”, indicó Rébola.

El informe técnico que resulte de esos trabajos se va a incorporar en la licitación que se prevé relanzar durante 2022 para construir las bases durante la próxima Campaña Antártica de Verano 2022-23, sobre las cuales se instalarían las antenas posteriormente.

Nuevas capacidades en la Antártida

La instalación de los dos sistemas de antenas en la Base Antártica Conjunta Belgrano II será posible gracias a un convenio alcanzado entre la Conae, la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur (SEMAS) y el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR),

Con reflectores parabólicos de 6,1 metros de diámetro y capacidades de operación en bandas S y X, estas antenas conformarán la tercera Estación Terrena de la Conae con capacidades de TT&C, junto a las de Córdoba (ETC) y de Tierra del Fuego (ETTdF). Recibirán información de distintos satélites de observación de la Tierra de órbita baja y, en particular, prestarán apoyo a la Misión SAOCOM.

“La Conae ya tiene presencia en la Antártida, en la Base Marambio, con una antena de 2,1 metros, donde se descargan datos satelitales que son mayormente utilizados por el Servicio Meteorológico Nacional y que se comparten con la Organización Mundial de Meteorología. Ahora el objetivo es tener otras dos antenas que, además de la posibilidad de descargar datos de ciencia, brinden servicios de TT&C a las misiones satelitales propias o de otras agencias espaciales que mantienen acuerdos con la CONAE, como así también podrían proveer apoyo al área de Acceso al Espacio o las distintas etapas de la misión SABIA-Mar, de ser necesario”, detalló Rébola.

Belgrano II es la base argentina más cercana al Polo Sur (ubicada casi a -80 grados de latitud sur) y la tercera más austral de las bases permanentes a nivel mundial. Estas características la hacen especialmente útil para el seguimiento de los satélites de órbitas polares, como los de la Constelación SAOCOM. “Cuanto más cerca del Polo Sur ubiquemos las antenas, más veces podemos observar por día a nuestros satélites. Por ejemplo, los SAOCOM 1A y 1B dan unas 15 vueltas al planeta por día, de las cuales desde la Estación Terrena de Córdoba los podemos ver 4 veces, en Tierra del Fuego, en cambio, los podemos ver 7 veces y, en Belgrano II, los veríamos las 15 veces”, informó.

Fuente: Conae

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