El Apocalipsis ya pasó.

Ahora puedo sentarme en la cama

y ubicar mis pies en cada pantufla.

Puedo ir ahora a la cocina,

y suspirar, en el trayecto.

Ya pasó. Acabó

el Diluvio, sin lluvia.

Empieza a hacer fío, y

ahora el frío resulta acogedor.

Ya pasó todo, ya terminó todo.

Se puede respirar

-antes también podía respirar-,

y reír, reír,

con cierta

risa.

 

de Irene GRUSS (Buenos Aires, 1950)

Deja tu comentario