La fotógrafa Adriana Sanz habló de todo: su pasión por las imágenes, el rol fundamental que cumple como integrante del área de Ambiente y su vínculo con la industria pesquera como responsable de Rawson Ambiental S.A., donde trabaja continuamente para evitar la contaminación del mar y las playas.

Divisa el objetivo y apunta con su cámara. Con ese simple gesto detiene el tiempo y lo congela en una imagen. La fotógrafa Adriana Sanz tiene por pasión capturar los encantos de la naturaleza. Y, sobre todo, el compromiso de mostrar al mundo la fauna y los paisajes de la Patagonia.

Nació en Flores, pero se instaló en Rawson a los 4 años y ya es una chubutense más. Creció jugando entre matas y lagartijas en Playa Unión, amando la naturaleza. Desde que descubrió su pasión por la fotografía, se convirtió en una tarea cotidiana.

“Lo que me moviliza es el cuidado y protección ambiental”, dice. “Es mi eje. Gran parte del diagnóstico ambiental se hace con fotografía, se ve el antes y después de un desarrollo. Para mí era un hobbie, hoy es mi vida”.

En 2020, Adriana ganó el Golden Turtle, un importante certamen internacional de fotografía. Lo hizo con una foto de una rana misionera en peligro de extinción, en circunstancias poco fortuitas. “Fui a Misiones a hacer un taller de fotografía nocturna, íbamos a trabajar con aves. Caminando por la selva tuve un esguince de tobillo y me tuve que quedar quieta. Ellos salieron y yo me quedé, entonces se me apareció la rana y me quedé trabajando con ella en la selva”.

El resultado fue maravilloso: en la fotografía la rana aparece escondida detrás de una hoja, asomando apenas un ojo y los dedos. Esa fue su salto internacional, y ese mismo año ganó la categoría retrato del Nature Photographer Of The Year en Países Bajos.

De la Patagonia al mundo

Todos los ganadores del Golden Turtle son invitados a ser jurados del certamen. Este es el tercer año consecutivo que Adriana integra el equipo de jueces. “Es mucha responsabilidad juzgar el trabajo de otro. Me lleva muchas horas por día, miro foto por foto, evalúo el nivel compositivo, la claridad del mensaje, cómo está armada la imagen”.
Este año le toca evaluar unas 6.000 fotos. Allí observa animales en su entorno, plantas, hongos, aves, mamíferos, paisajes acuáticos, incluso espacios que plasman el impacto de los humanos en la naturaleza.

Tiene claro su objetivo. “Me interesa mostrar la fauna de Argentina, sobre todo de Patagonia”, dice. “Mucha gente conoce la cebra, pero pocos conocen la mara. Me permite visibilizar nuestra naturaleza”.

Una de sus fotos más conocidas es la de un elefante marino con la vía láctea de fondo. Así puso ante los ojos del mundo Isla Escondida, uno de sus escenarios preferidos para trabajar.

Adriana es la única fotógrafa de Latinoamérica que ganó la beca de MontPhoto, entidad que contribuye con la defensa del medioambiente. “Con esta beca trabajé en el proyecto del macá tobiano (ave endémica exclusiva de Patagonia) en la costa de Santa Cruz y la meseta del lago Buenos Aires. Estudié su conservación y las etapas de su vida”. Su trabajo fue expuesto en España.

Consciencia y conservación

Su amor por la naturaleza la pone en un rol de protección. “No sólo busco mostrar al mundo lo que tenemos, sino sensibilizar sobre nuestro entorno. En Isla Escondida siempre muestro al bebé recién nacido o el cachorro juguetón, para ponerlo en el mismo plano de nuestros bebés. Mucha gente maltrata a la naturaleza. No tratamos la fauna como deberíamos”.

Se desempeña en el área de Ambiente de Rawson y es responsable de Rawson Ambiental S.A., comprometida con dar soluciones ambientales para la industria pesquera.

Evitar la contaminación del mar y playas por parte de las pesqueras es uno de sus enfoques actuales. “He logrado aunar a 4 empresas de Rawson y generar ingeniería sanitaria, ya no vuelcan afluentes al río o basural. La Comunidad Económica Europea estuvo acá y se firmó un acuerdo para entregar fondos a un grupo de ONGs. Uno de los ejes es sobre los residuos plásticos y derivas a la costa. Los cajones, guantes y redes se caen de los barcos, no es la industria en sí misma. No sirve salir a limpiar playas cuando se siguen cayendo, hay que cambiar la metodología”.

Opinó sobre los cajones en las playas. “Es una macana, hay que hacer algo. No sirve hacer campañas de limpieza de 5 km de playa para salir en la foto, es una curita ecológica, no soluciona el tema. Creo que con este proyecto financiado se va a hacer algo superador para solucionar el problema”

Fuente: Diario Jornada

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