Es famoso y de pequeño tamaño. El tero no posee colores llamativos, pero su aspecto estilizado, su porte elegante y su astucia lo posicionan como uno de los más reconocidos de la fauna del continente.

El tero (Vanellus chilensis) es un pájaro originario de América del Sur y tiene un gran desarrollo en Uruguay y Argentina. En el Chile, por ejemplo, representa a la Selección Nacional de Rugby con su figura esbelta. El tero es también llamado queltehue,​ avefría, tero,​ tero-tero, leque, quero quero, pellar, treile, triel y alcaraván, entre otros nombres comunes, es un ave caradriforme del género Vanellus.

Es un ave que tiene un aspecto elegante y estilizado. Patrón de color distintivo con pecho negro, vientre blanco, cabeza gris y hombros bronceados. Alas contrastantemente marcadas en vuelo. Es el origen de una gran cantidad de leyendas que se remontan a historias vinculadas a los pueblos originarios de la región.

Su voz es una de sus particularidades, la llamada áspera y fuerte es una buena pista de su presencia. Este plumífero es sumamente protector de su nido y los pichones, y usa su particular canto para despistar a depredadores. Es astuto y suele engañar a sus enemigos con estrategias de despiste.

Una de las principales curiosidades del tero es que, para descansar, se apoya únicamente sobre una de sus patas y la otra la mantiene pegada al cuerpo. También, suele pararse con las patas hacia atrás y su cuerpo doblado.

Crías que crecen rápido

Como son frecuentemente amenazados, siempre andan en grupos de tres. Uno de los teros cuida el nido mientras el otro comienza a volar y cantar a distancia y finge estar herido. El otro volará en dirección contraria, para ubicarse por encima del depredador.

Sus polluelos guardan una cierta particularidad y es que son nidífugos, lo que quiere decir que nacen emplumados y son independientes, apenas salen del cascarón y sobre todo tienen las armas para defenderse del peligro.

Muy curioso

El tero debe ser seguramente uno de los pájaros más observadores. Ya lo mencionó en su momento Charles Darwin cuando se refirió al tero como un ave útil para los viajeros porque anuncian la cercanía del peligro y de las amenazas.

Los versos del Martín Fierro también lo nombran en algunos tramos de la obra, sobre todo cuando hace referencia a su técnica para cuidar sus nidos y cómo se asemejan a los humanos a la hora de defender a sus crías.

Daniella Mancilla Provoste

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