EL ROMPEHIELOS presenta el ciclo “Recuerdos de Malvinas”. Seguí estos relatos todos los domingos y miércoles.

El siguiente fragmento pertenece al libro LA NOCHE QUE SONÓ LA ALARMA (inédito). En esta ocasión, en exclusiva para los lectores de EL ROMPEHIELOS, Marcelo García quien, en el momento del conflicto, era alumno pupilo de la Misión Salesiana “Nuestra Señora de la Candelaria”, nos cuenta su experiencia.

Con la bandera argentina cruzada encima del recado

El 2 de abril del año 82… Eso me quedó muy grabado.

En esa época el regente era el finado Juancho Molosovic.

Nosotros nos levantábamos en esa época a las 6:30 de la mañana, teníamos un momento de estudio temprano, después el desayuno e íbamos a clases.

Ese día, antes del desayuno llegó Juancho y nos sacó a todos afuera a izar el pabellón nacional.

No era lo habitual que nos sacaran afuera.

Ahí fue donde se nos informó que el Ejército Argentino había recuperado las Malvinas.

Hacía muchísimo frío ese día… No sé si no había 8 grados bajo cero.

Estábamos todos parados afuera y se entonó el himno nacional.

En esa época no se usaba guardapolvo, cada uno se vestía con lo que tenía.

Teníamos uniforme pero sólo se usaba para los actos, que era el blazer azul, el pantalón gris, la corbata y la camisa blanca.

En ese momento yo tenía 13 años y no le presté tanta importancia como por ahí los pibes mayores. Los mayores tenían mucha euforia. Me acuerdo siempre de un pibe que en esa época estaba en 5to. año “Marciano” Kenneth Urquhart. El día que izaron el pabellón nacional, él después salió al campo y se paseó todo delante de la escuela, tenía un alazán con la bandera argentina cruzada encima del recado, reafirmando la soberanía, con toda su filiación escocesa.

Los milicos estaban en el campo. Toda la parte de Primer Cabo, Segundo Cabo y Cabo Domingo. Estaban todos ahí, atrincherados.

No se escuchaban disparos.

Nosotros éramos chicos y si salíamos al campo era en vehículo. Los mayores, que salían casi todos los días, quizás vieron el desembarco de tropas en Caleta la Misión.

Todos los sábados teníamos la misa y, a veces, solían venir militares.

Dependiendo del comportamiento y del estudio, los sábados a la tarde podías irte a la ciudad. Pero antes de irte tenías la misa.

No teníamos contacto con los militares.

Había mucha colaboración de los milicos con la escuela, la comida de ellos venía para la escuela… Me acuerdo de las latas de corned beef.

Se fueron ellos y quedaron un montón de cosas: bolsas de dormir, carpas… Esas cosas las encontrábamos nosotros. Había muchas colchonetas inflables. De esas casi todos teníamos una.

LA NOCHE QUE SONÓ LA ALARMA es una investigación histórica que compila testimonios de la población civil de Río Grande durante la guerra de Malvinas; cómo se vivía y se desarrollaban las actividades en los distintos sectores de la ciudad; las experiencias más variadas y personales en relación al conflicto bélico.
Sus autores son Mingo Gutiérrez, Esteban Rodríguez y Fede Rodríguez.

Fede Rodríguez
Ilustración: Germán Pasti

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