Una familia de raíces chubutenses consolidó esta propuesta que enlaza la calidez de un hogar con la esencia salvaje de la Patagonia. Se encuentra en un sitio rodeado de bellezas naturales y de una exuberante biodiversidad. El hotel tiene, además, su propia producción de vino, una destacada oferta gastronómica con productos locales, y la posibilidad de realizar distintos tipos de actividades al aire libre.

“Somos una familia chubutense. Mis abuelos llegaron en 1930 en barco, desembarcaron en el puerto de Camarones y comenzaron a armar su historia aquí. Nos liga al pueblo una historia de vida. Es el lugar de encuentro de toda nuestra familia.”, de esta manera comenzó a gestarse el destino de la Casona, según lo relata su dueña, Marcela Bartels.

Las generaciones de su familia estuvieron siempre ligadas a la Patagonia. Su padre nació en Cabo Raso y su madre en Trelew, pero completó la escuela en el internado de Camarones. “Mis tías nacieron y crecieron en la famosa Casita Azul de Camarones”, cuenta Marcela haciendo referencia a una de las tantas edificaciones históricas del pueblo, donde hoy funciona un café.

“El proyecto de la Casona nació de la idea de revalorizar un lugar que significaba tanto para nosotros y para nuestra familia. Y es un homenaje a nuestra madre y su sentido de pertenencia”, destacó la dueña del emprendimiento.

El impulso familiar que atravesó la idea de creación del Hotel está presente en cada rincón del lugar. Una cálida atmósfera sobrecoge a los visitantes y los envuelve en un paroxismo de energía positiva.

Dentro de un entorno único

La Casona Isla Blancas, está en Camarones. Una de las paradas obligadas de la Ruta Azul, un camino de 450 kilómetros de costa que muestran la belleza de la Patagonia y que une Rawson con Comodoro Rivadavia.

La casona se encuentra a 2 km del pueblo, y a solo 350 metros de la playa. La ubicación, el entorno, la naturaleza, el mar y los atardeceres regalan panorámicas que revitalizan el espíritu.

La casona ofrece disfrutar de variadas experiencias gastronómicas, degustaciones y tapeos. Con un menú a la carta elaborado con productos regionales y degustación de vinos zonales, además del típico cordero patagónico o los distintos pescados y mariscos. El completo abanico de propuestas se amplía con: almuerzo criollo, degustación de mate y cata de vinos propios, elaborados a partir de los viñedos que rodean la Casona.

El hospedaje cuenta con capacidad para 12 huéspedes y 5 habitaciones con baño privado. La casona está equipada con losa radiante y con todas las comodidades para poder disfrutarla en cualquier momento del año, y vivir una experiencia diferente, en un lugar emplazado en la naturaleza salvaje. Además, hay salamandras y fogones frente a los cuales los huéspedes se pueden sentar y saborear un buen vino, un rico café o un asado patagónico, mientras se escucha de fondo el oleaje del mar en la lejanía.

Patagonia costera

En Camarones existe una gran extensión de costa, que alberga una enorme biodiversidad compuesta por aves y especies marinas. Un entorno ideal para realizar una gran cantidad de actividades al aire libre.

Los visitantes pueden aventurarse a realizar alguno de los trekkings de distinta dificultad que hay por la región, o solo caminar por la costa. También hacer excursiones, visitar los portales Isla Leones y Bahía Bustamante, la Reserva Cabo Dos Bahías, recorrer la Ruta Azul, visitar Cabo Raso o adentrarse en el recorrido del casco histórico de Camarones: descubriendo su historia y sus secretos.

Las propuestas son múltiples. Camarones ofrece una experiencia integral, entrelazando un hospedaje confortable con un entorno único, y la posibilidad de interactuar y disfrutar de la versión más pura de la naturaleza patagónica.

Fuente: Noticias Ambientales Chubut

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