Un nuevo conversatorio del CENPAT muestra cómo la presencia creciente de esta especie puede convertirse en motor de desarrollo local y cuidado ambiental.

Cuando majestuosas ballenas Sei emergen en el horizonte del Golfo San Jorge, se abre una ventana única entre la ciencia, la conservación y el turismo. Desde 2019, equipos del CENPAT han registrado un notable aumento de avistajes: más del 90 % de los rorcuales avistados pertenecen a esta especie, y se han llegado a contabilizar hasta 70 individuos simultáneamente desde puntos como Punta Marqués.

Este jueves 26 de junio, el investigador Mariano Coscarella (CESIMAR‑CENPAT) lidera el tercer conversatorio del CENPAT en su 55.º aniversario, titulado “La ballena Sei del Golfo San Jorge, un puente entre la ciencia, el turismo y la conservación”. Será en el Auditorio del centro a las 17 h y también podrá verse en vivo por YouTube

Turismo responsable: protocolos desde el arranque

El enfoque busca desde el inicio crear una actividad de avistaje turístico que respete a la especie. Para eso, el CENPAT trabaja junto a las municipalidades de Rada Tilly y Comodoro Rivadavia y el Ministerio de Turismo de Chubut, además de prestadores privados interesados. Su objetivo es desarrollar guías de comportamiento y buenas prácticas para garantizar una experiencia sostenible y efectiva.

“Esta sinergia entre Estado, ciencia y prestadores privados puede transformar al Golfo San Jorge en un polo de avistaje respetuoso y sostenible”, apunta Coscarella. Además, el desarrollo de esta actividad generará empleo y movimiento económico en la región.

El turismo y la conservación serán otros de los temas abordados.


Este conversatorio es parte de un ciclo que incluye otras charlas sobre paleontología, pesca artesanal y salud, todas con entrada libre y gratuitas.

La charla del próximo jueves es una invitación a conocer de primera mano los avances de un proyecto científico iniciado en 2019 por el CENPAT, que documenta la diversidad, la abundancia y los patrones de comportamiento de las ballenas Sei en el Golfo San Jorge. Información valiosa que no suele estar al alcance del público general y que hoy empieza a perfilar un nuevo capítulo para la región.

Pero no se trata solo de ciencia. También hay una oportunidad concreta de desarrollo turístico: la ballena Sei comienza a consolidarse como nuevo atractivo, complementando las históricas visitas a Península Valdés y posicionando al Golfo como un destino emergente para el avistaje de cetáceos en la Patagonia.


Y en este camino, la conservación está en el centro. Desde el inicio, el proyecto impulsó capacitaciones, guías de buenas prácticas y trabajo conjunto con municipios, organismos provinciales y prestadores privados. La idea es clara: construir una actividad turística responsable, que no interfiera con el bienestar de la especie y contribuya a su protección.

El Golfo San Jorge es un escenario que se transforma, y el conversatorio de esta semana es una buena oportunidad para entender cómo el turismo científico puede generar beneficios reales tanto para el ecosistema como para las comunidades costeras que lo habitan.

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