La muerte de una niña de 12 años por intoxicación reaviva la polémica por el uso y abuso de agrotóxicos en nuestro país. Argentina es uno de los consumidores principales de químicos para la industria agropecuaria, una de las principales actividades económicas de la región.

Se confirmó mediante estudios realizados que la niña de 12 años que falleciera el 9 de septiembre pasado en la provincia de Corrientes sucumbió a causa de la ingesta de un agrotóxico prohibido en Argentina. “La autopsia reveló que en el cuerpo de la menor se encontraron rastros de un agrotóxico denominado ‘Furadán’, cuyo uso está prohibido en el país”, dijo el fiscal Osvaldo Ojeda en declaraciones a la prensa. Este hecho activa nuevamente el alerta sobre el uso intensivo de químicos para la fumigacion en la industria agrícola.

La niña y su primo fueron internados luego de descomponerse tras ingerir mandarinas contaminadas. El niño de 11 años se recupero, pero la joven habia ingerido una dosis mortal “Se secuestró un canasto donde había entre 12 y 15 mandarinas, y todas fueron enviadas al laboratorio de la Policía, del INTA y del cuerpo médico forense del Poder Judicial, por lo que estamos a la espera de los resultados de los estudios” indicó el Fiscal de la causa.

Este lamentable hecho recuerda la peligrosidad asociada al uso de químicos en la producción de alimentos. Nuestro país es un gran productor de productos agrícolas, principalmente de soja, de la cual existen vastos territorios sembrados principalmente con soja transgénica RoundUp ready. Esta polémica semilla, producida mayoritariamente por la empresa Monsanto, se encuentra modificada genéticamente para soportar al poderoso herbicida RoundUp, compuesto de glifosato. Este cuestionado agroquímico de extendida utilización es tan poderoso que destruye cualquier vegetal que no cuente con la inmunidad insertada en las semilla de Monsanto.

Existe una larga lucha de diversos grupos de la sociedad civil en contra de la fumigación con este tipo de agroquímicos, sobre los cuales se han realizado diversos estudios y se ha llegado a la conclusión de que la exposición prolongada tiene consecuencias gravísimas sobre los organismos vivos. Nuestro país es uno de los que más glifosato consume en el mundo, lo que representa una grave amenaza para la salud de los habitantes del territorio nacional, principalmente de las poblaciones circundantes a zonas agrícolas.

La lucha contra los agrotóxicos es de larga data y se lleva adelante en todo el mundo. En algunos paises con mas éxito que en otros. En Argentina, lamentablemente, la producción agrícola representa un porcentaje importante de la economia nacional. Grupos muy poderosos se encuentran asociados a la actividad y el sector político parece querer mantenerse alejado de la confrontación. Mientras que en otros lugares del mundo ya se ha prohibido la utilización de químicos como el glifosato, en Argentina no existe en la agenda de ningún sector político la posiblidad de revisar siquiera el estado de situación en que nos encontramos.

Desde que se generalizó la agricultura por siembra directa con la utilización de glifosato, la industria floreció exponencialmente, llevando a un crecimiento acelerado y a una expansión de las fronteras agropecuarias, las cuales avanzaron rapidamente hacia las zonas habitadas. Desde ese momento han ido creciendo las denuncias de enfermedades asociadas a estos químicos en los pueblos afectados por las fumigaciones. Trastornos endócrinos e inmunológicos, neumopatías crónicas, abortos espontáneos en mujeres sanas, malformaciones congénitas y cáncer son las enfermedades que se reiteran en poblaciones expuestas a dosis crecientes de agrotóxicos. Estudios epidemiológicos e investigaciones de laboratorios confirman el vínculo entre pesticidas, como glifosato, y daños en la salud. A pesar de esta realidad corroborada por diversos estudios y profesionales, poco a cambiado en los últimos años y el uso de agrotóxicos continúa extendiendose. No solo de los legales como el glifosato, sino tambien de los prohibidos como el que causó la muerte de la niña en corrientes.

Es evidente que el poder de los intereses económicos por sobre la salud y el ambiente marcan la agenda de la política de nuestro país y el fallecimiento por intoxicación de la pequeña de 12 años no hace mas que corroborar que nos encontramos frente a otra situación alarmante. Los efectos a largo plazo de la utilización y el abuso de los agrotóxicos aún es un misterio, pero no deberiamos soprendernos que las mortalidades continuen aumentando si no se toman medidas severas para revertir la situación presente.

 

Abel Sberna

 

 

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