Los granos, las frutas, hortalizas, la madera, los forrajes que alimentan al ganado, todo se cultiva en el suelo, por lo cual la calidad de esos alimentos en gran medida depende de la calidad y salud de ese suelo. ¿Somos conscientes que el suelo es sustento de vida, desarrollo y producción?

El suelo proporciona servicios ambientales, en él se almacena y se filtra el agua de la lluvia, por lo tanto, es amortiguador de inundaciones; recicla nutrientes; capta el carbono ayudándonos en la lucha y adaptación al cambio climático, y hospeda a una cuarta parte de la biodiversidad de nuestro planeta; por ejemplo, en una cucharada sopera de suelo existen millones de microorganismos.

Por lo tanto, cuidar el suelo es cuidar la vida, es en este sentido que fue instituido en 1963, el 7 de julio Día Nacional de la Conservación del Suelo por la Presidencia de la Nación en memoria del Dr. Hugh H. Bennet, Director del Servicio de Conservación de Suelos de EE.UU. e impulsor de prácticas conservacionistas en Argentina y en el Chaco Americano.

Argentina produjo 125 millones de toneladas solo en la cosecha de soja, maíz y trigo en última campaña 2019/20. Si bien los procesos de erosión son naturales y ocurren en todo el territorio, los suelos agrícolas están más expuestos a perjuicios cómo la deforestación, la baja reposición de nutrientes, el uso excesivo plaguicidas, la contaminación por derrames de sustancias químicas y el sobrepastoreo.

La pérdida de suelo por erosión hídrica es uno de los principales problemas que afecta la sostenibilidad de los sistemas a nivel global visualizado por instituciones internacionales como FAO. En Argentina, el INTA realiza investigaciones para diagnosticar, contener y reparar estos procesos. Se estima que el 26 % del territorio argentino, equivalente a 72 millones de hectáreas, presenta niveles de erosión hídrica que superan las tasas tolerables, es decir, que afectan la salud de los ecosistemas, estos valores surgen del libro “Estimación de la pérdida de suelo por erosión hídrica en la República Argentina”, que llevaron a cabo especialistas del Instituto de Suelos del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA.

La pérdida de suelo, conlleva a la pérdida directa de materia orgánica del horizonte superficial del mismo y es el principal problema que compromete la sustentabilidad de todos los sistemas productivos, con un impacto económico sobre el rendimiento anual de los cultivos estimado en 29,9 millones de dólares. Esta pérdida, calculada para soja, maíz y trigo, es acumulativa y, por lo tanto, ascendería a 1.645 millones de dólares en una década.

EL ROMPEHIELOS

En este sentido, la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs) es fundamental para tender a sistemas de producción sustentables, en armonía con el ambiente y la sociedad. Asimismo, son importantes las celebraciones el 7 de julio con Jornadas conmemorativas del Día de la Conservación del Suelo con charlas de especialistas en el tema que divulguen y concienticen sobre la importancia del Suelo en diversos ámbitos desde escolares, productivas y científicos. Dentro de este marco el INTA, junto a la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo (Aacs) y la UNLZ, organiza la Jornada Nacional de Conservación de Suelo con 4 eventos que comienzan el 7 de julio y se extenderán a todos los miércoles de julio.

Por la Ing. Patricia Carfagno, del Instituto de Suelos del INTA-Centro Investigación de Recursos Naturales (CIRN).

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