Un hijo del testigo desaparecido durante ese juicio por crímenes de lesa humanidad, Rubén Eduardo López, dijo a Télam que el objetivo de la petición, que incluye una carta al Ministerio de Justicia de la Nación, “es que se siga con la búsqueda de mi viejo, que se investigue qué le pasó”. “Se acerca un nuevo aniversario de su desaparición y esperamos que alguien se acerque y aporte datos, por ahí, en el marco de los reclamos por la aparición de Santiago Maldonado logremos reactivar la búsqueda de mi papá y obtener datos”, confió y aseguró que “la causa está totalmente parada”.
En la plantilla web change.org, ingresando a (LINK), se puede firmar la petición que inició Nélida Dalieri, esposa de Rubén López. En tanto, hoy, la CIDH remitió al Estado argentino una denuncia presentada por el colectivo de organismos de DDHH Justicia Ya! La Plata en la que se solicitó se investigue la responsabilidad y aquiescencia del estado en el caso.
Según informó ese organismo, ahora el Estado cuenta con 90 días para responder a la denuncia. Jorge Julio López desapareció de su domicilio en el barrio de Los Hornos, de la ciudad de La Plata, el 18 de septiembre de 2006, cuando se lo esperaba en la sede municipal para presenciar los alegatos del juicio que el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata seguía a Etchecolatz por delitos de lesa humanidad.
El hombre había sido secuestrado en 1977 y pasó, hasta mediados de 1979, por cinco centros clandestinos de detención, y al brindar testimonio detallado en el juicio, había sido muy claro al identificar a Etchecolatz como la persona que dirigía y ejecutaba las torturas con picana en esa sede policial platense. López, militante peronista, había realizado durante el juicio varios reconocimientos oculares en los centros donde estuvo ilegalmente detenido, como la comisaría 5 de La Plata y Pozo de Arana, donde su profesión de albañil le permitió identificar fehacientemente los lugares donde estuvo cautivo, algunos luego remodelados. Aquella mañana del 18 de septiembre de 2006, sobrevivientes de la última dictadura esperaron por horas que acudiera a presenciar los alegatos pero López nunca llegó y hasta hoy se ignora dónde está.
Si bien en un primer momento se especuló con la posibilidad de que López se hubiera perdido por un shock emocional, con el correr de los días la hipótesis del secuestro fue cobrando fuerza y apuntó a los remanentes de los grupos de tareas policiales del terrorismo de Estado que actuaron en el llamado “circuito Camps”. Una semana después de la desaparición de López, el entonces gobernador bonaerense Felipe Solá atribuyó el posible secuestro a su condición de “testigo fundamental” en el juicio contra Etchecolatz, que había encabezado la División Investigaciones de la Policía bonaerense y era considerado la mano derecha del jefe de esa fuerza represiva durante la dictadura, Ramón Camps. Solá sostuvo entonces que con el secuestro de López buscaban “intimidar a futuros testigos o impedir su participación en otros juicios” contra represores de la última dictadura. “Esto no tiene nada que ver con una desaparición cualquiera”, dijo en la época Solá, y añadió que López “es el primer desaparecido desde los años del terrorismo de Estado”.