El 19 de septiembre de 1991, hace 28 años, Ötzi fue descubierto por unos turistas alemanes.

El 19 de septiembre de 1991, una pareja de montañistas alemanes descubre en los Alpes el cadáver de un pastor neolítico. Primero observaron una mancha marrón que sobresalía del hielo. Al acercarse se dieron cuenta de que se trataba de la cabeza y los hombros de un humano. Junto al cuerpo yacían los restos de una especie de maletín.

Los análisis de carbono 14 que se realizaron sobre huesos y tejidos registraron que el cadáver pertenecía al año 3300-3200 a.C.

La prensa lo apodó como Ötzi, en referencia a los Alpes de Ötztal que habían sido su tumba durante milenios.

Al principio se barajaron diversas conjeturas sobre cuál podría haber sido la causa de muerte de este antiguo pastor. Se hicieron radiografías e incisiones en el tórax del cadáver que revelaron cuatro costillas rotas en el lado derecho sin tiempo de curar, lo que indicaba que la herida tuvo lugar poco antes de su muerte; también tenía un corte en su mano derecha que había empezado a cicatrizar. Pero lo más curioso era el estado de descuido que presentaba su equipo de montañero, como si alguna amenaza lo hubiera hecho escapar de su aldea.

En 2001, se descubrió algo que había pasado inadvertido: una punta de flecha alojada en el omóplato izquierdo, lo que sugería que le habían disparado por la espalda. Después de ser asesinado, el cuerpo quedó tirado sobre los Alpes y el hielo lo cubrió durante más de cinco mil años.

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