El 7 de julio de 1927, hace 92 años, imágenes dantescas se grababan en la mente de los sobrevivientes de esta terrible tragedia ferroviaria.
El 7 de julio de 1927, ocurrió un pavoroso accidente ferroviario en la estación Alpatacal (Departamento de La Paz, Mendoza), en el que dos trenes chocaron. Un tren que llevaba una delegación de cadetes chilenos para participar en el desfile del 9 de Julio en Buenos Aires, chocó de frente con otro que hacía el recorrido inverso. Los vagones se tumbaron, se aplastaron y se incendiaron, provocando 29 muertes (12 militares chilenos y 17 empleados argentinos). Resultaron heridos, muchos de gravedad, 48 cadetes y militares chilenos y 9 trabajadores ferroviarios, dando un total de 57 personas.
Pese a haber sido un suceso que conmovió a América entera, hasta 1968 Ferrocarriles Argentinos no dio un informe oficial sobre el hecho. La investigación técnica atribuyó el impacto a que el maquinista del tren que había salido de Mendoza, Avelino Bavio, de 34 años de edad, quien murió en el accidente, no vio la señal colorada del segundo semáforo y no pudo frenar pues, lanzado a una velocidad de 65 kilómetros por hora, necesitaba 1.000 metros para hacerlo.
El otro tren, el que iba rumbo a Mendoza, estaba al mando del maquinista Levet, quien ordenó al foguista saltar y se inmoló con su máquina. Por detrás de la locomotora venía una jaula de seis caballos que se quemaron vivos, un furgón para equipaje, un coche de primera, dos coches comedores y diez coches dormitorios. Pasajeros que venían de Buenos Aires viajando en los dos últimos vagones y pudieron salvar sus vidas, contaron que después del impacto escucharon un griterío espantoso y vieron el fulgor del incendio; las llamas amenazaban a los hombres que clamaban con desgarradores alaridos para que los ultimaran a balazos ya que era imposible librarlos de las estructuras de hierro ardiente.