Este año entra en vigencia el descuento para los vecinos que hayan plantado un árbol en la vereda de sus casas. El descuento municipal es la excusa, pero las motivaciones son otras. Qué genera invertir en un árbol para la vereda de sus casas. Hablamos con el autor de la iniciativa e indagamos al respecto.

RÍO GRANDE. “Acá no hay árboles, no crecen. O crecen poco y doblados por el viento”. Estas palabras escuché siempre en el Río Grande de mi infancia. Donde sabía que los árboles estaban en la plaza Almirante Brown, y nada más. Sino te tenías que ir a Tolhuin, o llegar hasta Ushuaia. Pero en Río Grande no había árboles.

Desde el año pasado, el concejal radical Paulino Rossi estuvo apostando por el incentivo a la plantación de árboles en la ciudad ¿la solución? Generar un beneficio impositivo para los vecinos que se planten y mantengan un árbol en la vereda de sus casas.

En contacto con EL ROMPEHIELOS, Rossi recordó que la medida resultó aprobada “en septiembre del año pasado” y que este “es el primer año que entra en vigencia, que genera descuento”.

El concejal contó que ya llevan unos 3.000 árboles registrados “y seguimos todos los días. No paramos. Es más el inconveniente que tenemos ahora es que no han quedado árboles en los viveros, están trayendo más”. Aprovechó para aclarar “que la retama igual sirve para computar el descuento y es más fácil de acceder y más barata”.

“Un árbol vale $150 pesos y te ahorras $1.400. Y te lo ahorras todos los años, porque no es por única vez. El año que viene, si sigue vivo el árbol haces el trámite y generas de vuelta el descuento. Se va actualizando año a año, el mismo porcentaje”, sintetizó Rossi.

Más que un beneficio

Ante la consulta sobre la reacción de la gente respecto de la iniciativa, el edil cree que “sirvió para despertar la curiosidad de la gente y que empiece a observar que se puede plantar un árbol, más allá del descuento o no”.

Para Rossi “se tomó conciencia de que está bueno, porque acá lo que estamos hablando es de arraigo, de pertenencia. De pensar en las próximas generaciones, de reconocer a los antiguos pobladores que hace 30, 40 o 50 años plantaron un árbol y que hoy lo podemos disfrutar”, apuntó.

El concejal considera que se trata de “hacer una puesta en valor de un bien escaso. Porque hay pocos árboles en la ciudad, porque como es un bien escaso y no es fácil, entre todos lo tenemos que cuidar, y es la primera vez que se hace algo en conjunto entre el Estado y el vecino”.

Responsabilidad compartida, compromiso con la localidad. Distintas consecuencias que se dan a partir de la búsqueda de un objetivo: más árboles para Río Grande. “El vecino se tiene que comprometer a un espacio público que es la vereda y es su árbol”, explicó Rossi. Para el edil esto “ayuda a embellecer la ciudad y a cambio de eso el municipio le reconoce ese aporte que hace a la ciudad” y se esperanza en que “podamos replicar en otras cuestiones porque me parece que tiene un montón de aristas positivas, más allá del descuento”.

Consultado sobre si en verdad es tan difícil, como se dijo alguna vez, plantar y mantener un árbol en la ciudad del norte de la provincia, Rossi desmitificó la versión asegurando que “tenés que tener cuidado los primeros años”.

A pesar de eso, el concejal radical consideró que no se trata de un rechazo limpio. El tema de fondo es que “durante años, un montón de personas vinieron a estar de paso. Entonces si vos estás de paso ¿para qué vas a plantar un árbol? Si va a tardar un montón en crecer”. La historia ahora es distinta, o podría. “Ahora ya tenemos capas generacionales de fueguinos que eligieron Río Grande para echar raíces, y eso tiene que ver también con el compromiso de poder plantar un árbol”, señaló Rossi, “esta toma de conciencia de que si queremos mejorar la ciudad la tenemos que hacer entre todos. No depende solamente de que la Municipalidad plante árboles en plazas. Acá el déficit de árbol lo tenés en frente de las casas, ahí es donde realmente está haciendo falta forestación”.

Historias de árboles

El concejal contó que hubo otras consecuencias de la aplicación de la norma. En medio del trabajo que se llevó adelante por parte de su equipo, “logramos encontrar el vivero que plantó los árboles en la plaza Almirante Brown hace 50/60 años atrás, El Vivero de Carlitos, está en Rivadavia 1600”.

“El señor sigue vivo, tiene más de 90 años y con la hermana atienden el vivero y son los que hace un montón de años atrás plantaron la Almirante Brown y la tuvieron que cercar, porque sino la cercaban el viento y los animales se la comían -relató-. Pero gracias al laburo de esa gente que todavía hoy sigue teniendo viveros hoy podemos disfrutar la plaza más forestada que es la Almirante Brown”.

Opinó que “si entre todos tenemos esta misma actitud acá a unos años más nuestros hijos y nuestros nietos van a poder disfrutar de un Río Grande mucho más amigable” y recordó que “el árbol te mejora la calidad de vida, no solamente por lo estético, sino por la calidad del aire”.

“Un punto positivo que generó en mi casa -confesó Rossi, además- que yo no sabía, es la cantidad de pájaros. Es impresionante como a la mañana disfrutas de los pájaros que van a los árboles a comer y cantar. Son cuestiones hasta hace un tiempo para mi era ajeno, imposible acá en Río Grande”, argumentó.

Todo verde

Días atrás se podía ver en las redes sociales del concejal Rossi la invitación para retirar unas suculentas. Según le contó a este medio, “el año pasado cuando arrancamos con esta campaña, vino una señora que juntó todas las semillas de lupino de los canteros de la ciudad y las suculentas que tiene en la casa y nos dio para reproducirlas. Entonces trabajamos con unas escuelas que hicieron plantines”.

“Gracias a que una vecina vino y de buena onda, vio que estábamos trabajando en el tema y nos dio esas semillas y esos plantines, pudimos hacer cientos -relató agradecido-.Y estamos aprovechando de regalárselos a la gente y que eso sirva como otra medida más para que la gente sepa cómo es el trámite”.

¿Y cómo es el trámite? Rossi aseguró que “lo hacemos a domicilio nosotros”. Consideró que no se trata “solamente aprobamos la ordenanza y miramos para el costado. Sino de que vamos hasta tu casa, te registramos el árbol, te sacamos la foto. Ni siquiera tenés que ir a la municipalidad a generar el descuento”.

Ya sea por las redes sociales, por teléfono a la oficina o con un WhatsApp. “Me pasan los datos, a algunos les queda más cómodo ir al centro firmar el formulario ahí. Nos mandan la foto en digital, otros nos piden que pasemos por la casa en el transcurso de la semana. Siempre estamos recorriendo toda la ciudad, y hacemos el trámite a domicilio”.

Esto de ir y acercarse a donde los vecinos plantaron sus árboles “a nosotros nos sirve”, agregó el edil, “recolectar información de qué necesita el vecino, qué le parece, cómo mejorar la ciudad. Te mantiene la cabeza ordenada de cuáles son los temas prioritarios y qué son cuestiones secundarias. Y te genera un diálogo que para mi es valiosísimo”.

 

Pablo Riffo

 

 

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