Según una investigación llevada adelante por científicos chilenos, los bosques de algas de los mares del sur se adaptan y resisten los cambios de su ambiente relacionados al calentamiento global.

Los mares australes cuentan con impresionantes bosques submarinos de algas llamadas Macrocystis pyrifera, también conocidas como sargazos o cachiyuyos. Se trata de una de las especies vegetales más características de la región y se las considera como uno de los organismos vivientes más grandes del planeta, ya que llegan a medir hasta 90 metros. Estos bosques forman parte de un gran ecosistema, dando refugio y alimento a crustáceos, moluscos, peces, algunas variedades de gusanos marinos, entre otras especies. Es por ello que la Macrocystis pyrefira cumple un rol fundamental para el sostenimiento de la biodiversidad marina de nuestra región.

El cambio climático que atraviesa nuestro planeta representa una alteración significativa para numerosos ecosistemas alrededor del mundo. Los mares sufren directamente el impacto del calentamiento global con modificaciones en las condiciones de sus aguas, como aumento de temperatura y variaciones en la salinidad. Las alteraciones de estos factores tienen un fuerte impacto en las diferentes formas de vida que habitan los mares y la disminución o pérdida de los bosques de cachiyuyo puede plantear un grave inconveniente para las miles de especies que dependen de ellos para su subsistencia.

Con esta preocupación en mente, el Centro de investigación dinámica de ecosistemas marinos de altas latitudes de la Universidad Austral de Chile, llevó adelante una expedición que recorrió los fiordos australes y el Canal Beagle, para estudiar cómo estos bosques submarinos se podrían ver afectados por el cambio climático, con una mayor cantidad de descarga de agua dulce producto del deshielo de glaciares, lo que genera cambios que pueden ser relevantes para los bosques, como el nivel de salinidad y la cantidad y calidad de la luz que reciben.

En otras regiones del mundo donde también existen bosques de esta especie de alga, el impacto del cambio de las condiciones ambientales es evidente, como es el caso de los mares del sur de Australia, en la isla de Tasmania, donde los bosques de sargazos se han visto disminuidos. Sin embargo, esta no parece ser la realidad de los mares estudiados por los investigadores chilenos. Los primeros datos indican que, a diferencia de lo que ocurre en otras zonas de planeta, los bosques submarinos de la región de Magallanes están mostrando una respuesta fisiológica diferente. En declaraciones a AFP, el Ingeniero en Acuicultura y estudiante de doctorado de biología marina del Centro Ideal, Mauricio Palacios, explicó que “ésta respuesta fisiológica es óptima y les permite seguir sobreviviendo a condiciones extremas, es decir, son algas que se están aclimatando”.  Si estas condiciones se mantienen, significa también que se preserva la alta biodiversidad asociada a estos gigantescos bosques submarinos. “Esto es bueno para el ecosistema en general y en la Patagonia mejor aún”, que disfruta de una de las aguas más limpias del planeta, agregó Palacios.

 

Abel Sberna

 

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