Hay varias frases sacadas del mismo manual que recitan quienes tienen aspiraciones de poder; sin dudas, en el top ten se encuentra “la ciencia es el camino”. Pero para ajustar también hay un ranking, que se rige en función de las premisas básicas del sistema capitalista y que tiene que ver con maximizar las ganancias en el menor tiempo posible. En ese top ten también está la ciencia, por eso no escapa al ajuste del Gobierno Nacional. Pero quienes hacen ciencia, también se organizan.

El jueves, becarios del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de todo el país organizaron concentraciones en todos los centros de investigación, dejando en evidencia la precariedad laboral con la que conviven en su tarea diaria. Es decir, dejando en evidencia qué lugar ocupa la ciencia en la agenda nacional.

Tierra del Fuego AIAS no fue la excepción. Becarios del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) se sumaron a la protesta federal, reclamando el incremento del 15% que recibieron los investigadores que están bajo la figura de relación de dependencia.

Catherine Roulier, becaria del CADIC, explicó a TV2Noticias cómo es su situación contractual: “Somos profesionales universitarios que hicimos una carrera en diferentes lugares del país o en otros países”; cuando terminan sus estudios de grado, presentan un proyecto de investigación ante el CONICET y luego, a través de comisiones evaluadoras, si el directorio lo aprueba reciben un beca por 5 años. Lo que perciben como “salario” es un estipendio por parte del Estado. Esto significa que no tienen relación de dependencia con el organismo, no tienen aguinaldo, ni aportes jubilatorios, ni indemnizaciones en caso de despido; sí tienen obra social, conquista que lograron a partir de la lucha organizada años atrás.

En el CADIC, los becarios representan más del 34% del personal del organismo y llevan adelante diferentes líneas de investigación, que aportarán significativos avances al desarrollo de nuestra sociedad. Sin embargo, “el ahogo presupuestario se completa con un desfinanciamiento en los proyectos de investigación científica bajo la órbita del CONICET, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Esta financiación es la que permite llevar adelante los estudios, experimentos, salidas a campo, compra de insumos y equipos indispensables para la generación de conocimiento. La inflación y la devaluación han dejado a muchos de estos proyectos sin capacidad económica para cumplir los objetivos de investigación planteados”. Así reza el comunicado emitido por los becarios del CADIC.

El resultado de esta movilización nacional fue que el directorio del CONICET dejó de manifiesto su intención de otorgar una suma fija de $2000 a los becarios y un incremento del 15%, adelantó Roulier. Aunque manifestaron su conformidad con respecto al desenlace de este conflicto puntual, no dejan de preguntarse cuál es el lugar que ocupa la ciencia en la escala de prioridades del Gobierno de Mauricio Macri.

 

Luz Scarpati
Foto: Natalia Caso

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