Anualmente, en la Argentina, se consumen en promedio 13.341 kilos de cocaína y 184.991 kilos de marihuana.
Solo por la venta ilegal de estos estupefacientes, las bandas mafiosas embolsan 1.080 millones de dólares, unos 21.000 millones de pesos, o el equivalente al presupuesto en salud que se destina en la provincia de Buenos Aires.
Estas cifras, brutales por dónde se las analice, sirven para comprender el porqué de la lucha que a sangre y fuego protagonizan las bandas mafiosas en los barrios más postergados para instalar bunkers y kioscos de venta de drogas minorista o al “menudeo”. Según los cálculos realizados por Martín Verrier, el Subsecretario de Lucha contra el Narcotráfico, consultado por Infobae para esta investigación, el consumidor de marihuana, gasta unos 7.200 pesos anuales en marihuana. Los de cocaína, y siempre ponderando las cifras promedio, desembolsan unos 25.200 pesos por año, dinero que termina lubricando los engranajes del poder narco.
La rigidez de la matemática es indiscutible. El volumen de cocaína adquirida a los punteros narcos, o a los dealers, a los pasadores o traficantes, a través de distintas modalidades, generan un pasamanos, de los clientes cautivos por su enfermedad, la adicción, de unos 5.943 millones de pesos, o 297 millones de dólares. Si hablamos en números fríos, y contra lo que comúnmente se cree, el comercio local de marihuana es mucho más “rentable” que el de la cocaína.
El consumo de ese psicotrópico engorda los bolsillos narcos con 16.227 millones de pesos anuales promedio, o su equivalencia en dólares -tomando a la divisa norteamericana a la cotización de 20 pesos- de 811 millones. El cannabis tiene otra “ventaja” que la hace más rentable sobre el clorhidrato de cocaína.
Su producción es menos costosa; no se requiere de refugios ocultos para producirla, ni traficar precursores químicos -cada vez más controlados-, y en su cadena de elaboración y distribución se emplea menos mano de obra. Según los cálculos realizados por la Subsecretaría de Lucha contra el Narcotráfico, organismo que depende del ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, la comercialización ilegal de las dos principales drogas consumidas en nuestro país, mueven unos 1.108 millones de dólares.
Esa cifra es similar a la que invertirá YPF este año en 20 proyectos de pozos pilotos en los bloques que opera en el megayacimiento de Vaca Muerta, y que le permitirá incrementar la producción de recursos no convencionales.