La obra de las represas está en marcha sobre el río Santa Cruz, pero un colectivo de ciudadanos y organizaciones ambientalistas locales y nacionales piden que se detenga: ayer al mediodía hicieron un abrazo simbólico al glaciar Perito Moreno y pidieron que la Corte Suprema de Justicia cancele el controvertido proyecto hidroeléctrico porque consideran que podría afectar los glaciares.
En la nota recuerdan que existen “incompatibilidades jurídicas, económicas, sociales y evidencia científica suficiente que sugieren que la construcción de las presas y centrales hidroeléctricas Cóndor Cliff y La Barrancosa sobre el río Santa Cruz alterará la dinámica natural del curso de agua, provocando impactos irreversibles y de gran alcance”. Se advierte “que pueden afectar la cota del lago Argentino y el comportamiento y la continuidad del frente del glaciar, con sus maravillosos procesos de avance, endicamiento y ruptura”.
Sabina Muñoz es guía de turismo del Parque Nacional Los Glaciares. Hace cuatro años que vive aquí y está preocupada. “No está todo tan claro, no están los estudios bien hechos, no es certero que los glaciares no serán afectados con la construcción de las represas, hasta la comunidad glaciológica internacional ya se ha expedido sobre este tema”, afirma a La Nación. Ella integra el colectivo Río Santa Cruz El Calafate, que plantea que los glaciares corren peligro si las represas avanzan.
A los locales se les suma la Coalición Río Santa Cruz Sin Represas, integrada por las ONG Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Aves Argentinas, Fundación Vida Silvestre, Fundación Flora y Fauna y Banco de Bosques. Esta última presentó un per saltum ante la Corte Suprema tras el rechazo en primera instancia a la medida cautelar que permitió al Gobierno poner en marcha la obra.
Estas ONG consideran que el estudio de impacto ambiental presentado por el Gobierno es (EIA) insuficiente y que las obras de las represas vulneran el derecho ambiental. Pidieron la nulidad de los EIA presentados el año pasado.
El abogado ambientalista Cristian Fernández, que lleva la causa ante la Corte, dijo ayer aquí que “este abrazo simbólico al glaciar es un gesto para reclamar y poner de relieve la importancia de lo que está en juego, que no es ni más ni menos que los glaciares, que son patrimonio de la humanidad”.
Fuente: Mariela Arias para La Nación