La enfermedad o Mal de Chagas es causada por un parásito unicelular microscópico llamado Trypanosoma cruzi, que se aloja en el interior de las vinchucas y es transmitido a los humanos a través de las heces de estos insectos al momento de picarlos.
El parásito puede vivir en la sangre y en los tejidos de personas y animales y en el tubo digestivo de las mencionadas chinches.
Puede afectar el corazón o el sistema digestivo de las personas que la padecen, produciendo diferentes grados de invalidez o inclusive la muerte.
Actualmente no existen vacunas preventivas ni terapéuticas para el mal de Chagas.
Sin embargo, Emilio Malchiodi, investigador superior del Conicet y de la UBA, trabaja junto a su equipo desde hace más de 30 años para lograr este desarrollo.
Recientemente publicaron un importante hallazgo en la revista NaturePJ-Vaccines.
Se trata del estudio de los efectos de una molécula que diseñaron que tendría la capacidad de desencadenar respuestas en el sistema inmunológico contra esta enfermedad.
Durante la primera fase, que comienza luego de haber contraído el parásito y dura entre 15 y 60 días, la enfermedad puede presentar los siguientes síntomas: – fiebre, – diarrea, – dolor de cabeza, – cansancio, – irritabilidad, – vómitos, – falta de apetito – y malestar general. – Si la picadura fue cerca del ojo y la persona se lo frota puede aparecer el síntoma del “ojo en compota”. Es importante aclarar que no siempre se manifiestan síntomas.
Luego, en una segunda etapa al cabo de 20 o 30 años, puede afectar al corazón y en menor medida a los sistemas digestivo y nervioso, provocando distintos grados de invalidez e inclusive la muerte si no es tratada a tiempo con la medicación adecuada.