Por Radio Provincia y, pese a la crisis generalizada, hizo un balance positivo. “Siempre hay para mejorar, pero el balance es positivo. Estamos cerrando un año positivo”, sostuvo y, respecto de la expectativa por la llegada de turistas para las fiestas, observó que “año a año se va modificando la forma de adquirir turismo en el mundo. Las redes sociales y los sistemas online se imponen sobre los sistemas clásicos, como cuando uno iba a una agencia de viajes. Esto se sigue haciendo, pero no supera el 30% del turista que viene, porque el resto lo hace todo por internet. Eso no nos permite ver un horizonte muy lejos o que sea previsible. Normalmente la primera quincena de diciembre nunca es buena y en la segunda levanta un poco para los últimos días, a partir del 23 ó 24 de diciembre”.

“Hay mucha gente que cada vez más decide pasar las fiestas fuera de su lugar de origen y elige Ushuaia entre otros destinos, pero enero y febrero no está como otros años. Ahí empiezan a jugar otros factores, porque para los hoteles no es tan bueno el porcentaje de ocupación. En Ushuaia está la posibilidad de alojarse en lugares informales o truchos, que no pasan por el circuito formal, y eso hace que la capacidad hotelera se sienta resentida. No está en los mismos porcentajes que otros años para enero y febrero, que son los mejores meses junto con noviembre. Estos últimos años se sumó julio y la primera semana de agosto por el esquí”, señaló. “El turista elige, pero no sabe si es legal o ilegal el alojamiento, porque forman parte el mismo circuito de comercialización; y nosotros como destino no sabemos dónde se está alojando. Esto es lo que en los últimos años ha pegado un golpe muy duro a los alojamientos habilitados, donde a su vez hay mano de obra genuina y calificada, que habla idiomas, y eso hay que mantenerlo todo el año. Cada vez hay más casas que dan alojamiento a turistas, y lo pueden hacer, pero deben tener la habilitación correspondiente, porque es una actividad comercial”, planteó.

Subrayó que “es necesario el control para mantener un destino sustentable. No podemos hablar de servicios, si no pasan por los controles establecidos. En muchos lugares del mundo se está normalizando y hay multas millonarias por no cumplir con las normas. Acá lo que ocurre es que primero la gente se aloja, y el que aloja decide darles transporte y, ya que está, les da de comer. Entonces, brindan todos los servicios y nadie controla esto, ni la situación del transporte, ni la situación bromatológica”. No obstante, indicó que “se está trabajando con la AREF, con Comercio e Industria de la provincia, con la gente de Habilitaciones Comerciales de la Municipalidad, que ha hecho un trabajo fuerte de seguimiento e intimaciones. La idea es que todos normalicen su actividad y esto también va a generar mano de obra genuina”.

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