En la estancia Alice, al pie del cerro Frías y a 25 kilómetros de El Calafate, la tierra empieza a mostrar un futuro distinto. Donde hasta hace pocos años solo se sembraban pasturas para el engorde de ganado, hoy crecen avena y trigo. Es un cambio que parece pequeño en el mapa provincial, pero que en boca de los agrónomos y del propio gobernador Claudio Vidal se siente como un paso capaz de abrir otra historia para la producción santacruceña.
Tomás Ciurlanti junto a otros dos ingenieros agrónomos sostiene desde hace cuatro años este proyecto que comenzó tímido y hoy alcanza 120 hectáreas. Con maquinaria nueva y el respaldo de la empresa estatal Santa Cruz Puede y del Consejo Agrario Provincial, ya piensan en duplicar esa superficie.

“En lugar de cosechar y acopiar el grano, lo enrollamos para alimento del ganado vacuno. Santa Cruz tiene mucho potencial para la producción de granos. Es cuestión de contar con la maquinaria y el apoyo de las instituciones para poder prosperar”. “Si extrapolamos estos sistemas a otras partes del mundo, tenemos bastante coincidencia con otros lugares que hoy vemos que tienen resultados espectaculares para la producción de granos y otros tipos de cultivo, y están mucho más desarrollados”.
El agrónomo remarcó que “esto nos apasiona y queremos meterle día y noche”. A la vez, pretende que sean más los productores de la provincia que cultiven en sus campos. “Queremos contagiar a mas productores a que se animen hacer este tipo de trabajos en sus campos y poder desarrollar la producción primaria, para darle valor a la planta de alimento balanceado”.


Trabajo, futuro y efecto contagio
El gobernador Claudio Vidal llegó hasta la estancia y habló de trabajo y futuro. “La única forma de salir adelante es con producción. Estamos hablando de volver a trabajar la tierra. De apostar fuerte al agro, de producir alimento balanceado y lograr un kilo de carne más económico para la provincia. Esto genera nuevas oportunidades para pequeños y medianos productores”, dijo.
El plan es más ambicioso de lo que parece a primera vista. Con 400 hectáreas destinadas a granos y la primera cosecha prevista entre enero y febrero de 2026, el proyecto apunta a abastecer la planta de alimento balanceado que se instalará en Río Gallegos. De esta forma, se busca generar un efecto contagio entre productores locales.



El Estado se propone acompañar y ser parte. Vidal lo explicó en su recorrida; “Lo extraño es que acá el Estado es parte. No solo hay que generar garantías, también hay que invertir y animarse a explorar. Lo estamos haciendo a través de Santa Cruz Puede en la agricultura y con FOMICRUZ en la minería, con acuerdos público-privados que hasta ahora no se habían concretado”.
El horizonte inmediato es tangible. Tres plantas de peletizado distribuidas en la provincia y un campo que, en pleno corazón turístico, se convierte en escenario de un ensayo que busca diversificar la matriz productiva de Santa Cruz. En Alice se respira una idea simple y contundente; recuperar la cultura del trabajo para proyectar otra economía posible.
