El rompehielos argentino completó una nueva etapa de la Campaña Antártica de Verano, reabasteciendo bases y apoyando investigaciones científicas internacionales.
Un puente logístico entre Argentina y la Antártida
El horizonte blanco y azul de la Península Antártica recibió nuevamente al ARA Almirante Irízar, el emblemático rompehielos de la Armada Argentina, en su misión de sostener la presencia y la ciencia nacional en el continente más austral. Durante la segunda etapa de la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2024/25, el Irízar navegó con determinación para reabastecer y apoyar a las bases que mantienen viva la llama del conocimiento en tierras heladas.
Tras cumplir con éxito el reabastecimiento de las Bases Antárticas Conjuntas (BAC) Belgrano II y Orcadas, el rompehielos puso proa hacia el oeste, arribando a la Península Antártica el pasado miércoles. Su primer destino fue Caleta Potter, donde fondeó frente a la Base Antártica Científica Carlini. Allí, las embarcaciones de desembarco de personal y vehículos (EDPV) “Uruguay” y “San Martín”, junto a botes semirrígidos MK6, permitieron al Grupo Playa descargar los materiales esenciales para que la base opere hasta la próxima temporada estival.

Apoyo a la ciencia y monitoreo ambiental
La colaboración científica se hizo presente con la llegada de integrantes del Servicio Meteorológico Nacional y de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), quienes, con el respaldo del Comando Conjunto Antártico, avanzaron en diversos proyectos de investigación. Entre ellos, destaca el estudio de la Asociación de Investigación del Océano Austral de la Comisión Ballenera Internacional (IWC SORP), que busca evaluar la distribución, diversidad y uso de hábitat de los cetáceos.
Para ello, científicos de Argentina, Brasil y Uruguay se embarcaron en el Irízar, realizando trabajos de acústica submarina para detectar emisiones sonoras de las especies locales. Este tipo de investigaciones resulta clave para comprender el impacto del cambio climático y la actividad humana en los ecosistemas marinos antárticos.
El portal Gaceta Marinera, especializado en información sobre la Armada Argentina, destacó el rol fundamental del Irízar en estas operaciones científicas y logísticas, subrayando que “su labor garantiza no solo el abastecimiento de las bases, sino también la continuidad de investigaciones esenciales para la conservación del continente”.

Operaciones en Marambio y planificación estratégica
Con las tareas en Carlini concluidas, el Irízar navegó hacia las BAC Petrel y Esperanza para evaluar las condiciones glaciológicas, antes de dirigirse a la BAC Marambio. Debido a su ubicación en una meseta a 200 metros sobre el nivel del mar, la descarga de materiales, víveres y más de 200.000 litros de combustible se efectuó mediante helicópteros Sea King operando sobre Bahía Pingüino durante casi tres días.
Además, se desembarcó a las dotaciones salientes de las BAC Orcadas y Belgrano II, asegurando el relevo necesario para el continuo funcionamiento de las bases.
Antes de finalizar las operaciones en Marambio, la Capitán de Corbeta Romelí Quintero, Jefe de Operaciones del Irízar, junto al Teniente de Navío Cristian Daniel Carral, Jefe de Navegación, y la Licenciada Soledad Tiranti, Jefa de la División Glaciología del Servicio de Hidrografía Naval, realizaron un vuelo de reconocimiento en un Sea King. Este sobrevuelo permitió evaluar la mejor ruta de navegación hacia la BAC Petrel, demostrando una vez más la meticulosa planificación y ejecución que caracterizan al Irízar en cada una de sus misiones.

Un compromiso que trasciende fronteras
La presencia y labor del ARA Almirante Irízar en la Antártida no solo garantizan el sustento de las bases argentinas, sino que también fortalecen la cooperación internacional en la investigación científica, reafirmando el compromiso del país con la exploración y conservación del continente blanco.
Argentina, a través de sus misiones antárticas, continúa consolidando su rol como referente en la protección de los ecosistemas polares y el desarrollo de estudios que buscan comprender mejor la dinámica del planeta en un contexto de cambio global.
