-¿Tensión terrible?
-Sí, hacer algo, para lograr algún tipo de satisfacción.
-Le tiemblan las manos, Larry.
-Hay días en que estoy muy nervioso, eso es todo.
-¿Usted se droga?
-Ni con café. Detesto los excitantes.
-¿Qué le sucede?
-Nada. Déjeme temblar en paz.

fragmento de MALDICIÓN ETERNA A QUIEN LEA ESTAS PÁGINAS de Manuel PUIG, 1981.

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