El Poder Ejecutivo envió a la Cámara de Diputados para su tratamiento dos proyectos de corte energético: la ley de promoción del hidrógeno de bajas emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero y la promoción del gas natural licuado (GNL).
El gobernador fueguino, Gustavo Melella, expresó en sus redes que la norma será “una herramienta necesaria para fomentar el desarrollo del hidrógeno verde, y avanzar en la ampliación de la matriz energética argentina”.
Ambas iniciativas llevan las firmas del presidente Alberto Fernández; del jefe de Gabinete, Agustín Rossi; y del ministro de Economía, Sergio Massa, junto con correspondiente mensaje dirigido a la presidenta de la Cámara baja, Cecilia Moreau.
“Es fundamental que sigamos avanzando hacia nuevas energías e industrias que nos permitan un futuro más sostenible, sustentable y que resguarde los recursos naturales”, agregó Melella.
Que dicen los proyectos
La primera de las iniciativas – denominada Ley de Promoción del Hidrógeno de Bajas Emisiones de Carbono y otros Gases de Efecto Invernadero- precisa que para la misma se utilizarán “definiciones y tipologías por colores -verde, azul y rosado-, consistentes con las nomenclaturas conocidas internacionalmente respecto a la fuente de energía utilizada para su obtención”.
Los tipos de hidrógeno son definidos bajo un criterio tecnológico donde el verde y el rosa corresponden a su producción a partir de electrólisis de agua de fuente de energía renovable y nuclear, respectivamente.
En tanto que el azul es empleado para la fuente que utiliza “gas natural incluyendo una etapa de captura de carbono”.
Para el caso de hidrógeno azul, el proyecto prevé que “la autoridad de aplicación defina, en la reglamentación, los estándares de máximos de emisiones de gases de efecto invernadero por unidad producida para ser considerado como tal” y que “involucren la utilización o transformación de combustibles fósiles y en cuyo proceso productivo se incluyen una o más etapas de captura, y el almacenamiento o utilización de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas en su obtención de manera de reducir significativamente su liberación a la atmósfera”.
Más adelante, la iniciativa establece “la creación de instituciones para la certificación de origen de la producción, las cuales certificarán las características del proceso de producción del hidrógeno incluyendo la fuente de energía y nivel de emisiones asociados, así como establecerán estándares de seguridad para la producción. Las certificaciones locales estarán en línea con estándares reconocidos internacionalmente”.
El proyecto de ley contempla “exigencias orientadas al desarrollo de proveedores locales en la cadena de producción de hidrógeno y la consolidación de una matriz productiva nacional que contribuya a la generación de empleos vinculados al sector. Estas exigencias se van incrementando con los años, en función de la estimación de la curva de aprendizaje”.
También prevé mecanismos de certificación y auditoría que sanciona a aquel proyecto de producción de hidrógeno que, a lo largo de su duración, supere los niveles de emisión de gases de efecto invernadero declarados al momento de presentar la Declaración de Inclusión al régimen de promoción, o los máximos tolerables para su clasificación como hidrógeno azul. En este sentido, ningún potencial productor de hidrógeno gris podría ser beneficiado por la norma propiciada.
El proyecto contempla incentivos fiscales de promoción de la producción para atraer inversiones; la introducción de certificaciones de calidad, de seguridad y de origen y el fomento al desarrollo de la cadena de valor local.
Por su parte, la segunda iniciativa -enviada con el título de Ley de Promoción del Gas Natural Licuado (GNL)- declara “de interés público nacional y como objetivo prioritario de la República Argentina la licuefacción de gas natural con destino a la exportación de GNL y sus actividades asociadas y vinculadas con su almacenamiento, comercialización y transporte”.
A continuación dispone la creación de un nuevo “Régimen de Promoción para Grandes Proyectos de Inversión en GNL” que comprende la realización de inversiones en bienes y/u obras de infraestructura destinadas al transporte de gas natural para la producción, licuefacción, almacenaje y comercialización del GNL en el territorio nacional y en los mercados de exportación.
En septiembre del año pasado, las petroleras YPF y la malaya Petronas firmaron un acuerdo de entendimiento para la construcción de la primera planta productora de GNL que le permitirá al país convertirse en un exportador estructural de gas, un recurso estratégico en el mundo.
Ambas compañías se encuentran a la espera de la sanción de la ley correspondiente para avanzar con la iniciativa.
El proyecto de GNL comprende desde la producción de gas en un bloque de Vaca Muerta, su transporte por un gasoducto de 620 kilómetros desde el yacimiento hasta la terminal de procesamiento y su industrialización.
En la fase 1 de la industrialización, se prevé la instalación de dos barcos licuefactores y en la segunda fase, la construcción de una planta de licuefacción escalable con una capacidad de producción final de 25 millones de toneladas al año, lo que equivale a 465 barcos metaneros.
La inversión estimada es de 10.000 millones de dólares de inversión, en la primera etapa, lo que permitirá producir hasta 5 millones de toneladas/año de GNL, y se prevé que dentro de 10 años, cuando el proyecto esté finalizado, se podrán producir y exportar más de 25 millones de toneladas/año de GNL.