Hay quienes resumen el significado de “paisaje urbano”, como una “aglomeración de señales del tiempo, de épocas que han pasado y del pasado reciente”. Estas señales activan la memoria, la emoción del observador y son fuentes de identificación para esa persona o grupo de ellas. Son esas señales, sobrevivientes de los embates de un torpe crecimiento, las que despiertan sentido de pertenencia, construyen identidad y la fortalecen.

Por lo tanto, cuando se pierde algún elemento simbólico del paisaje urbano se está mutilando un pedazo de la memoria del pueblo. Cuando se transforma el paisaje urbano, se pierden las señales del tiempo y, con ellas, parte de la memoria colectiva. En cada ocasión en que se demuele un edificio antiguo, se banaliza un paisaje urbano, se descuida o ignora un monumento, se está degradando una parte del pasado, de la identidad de quienes vivieron y vivimos en el lugar.

Se dice que “la esencia de cada persona y su singularidad está encarnada y regulada por la dinámica de la memoria”. Será acaso que estamos viviendo un nuevo culto que rechaza la memoria, sosteniendo la teoría del eterno presente, del “pasado pisado” y del futuro de la eterna incertidumbre.

Pero hay una conclusión aún más preocupante, ¿qué es la ausencia de respeto por la memoria, sino una atroz manera de ignorar nuestro origen? Somos hijos de la memoria y la necesidad de saber quiénes somos implica, indispensablemente, saber de dónde venimos.

“…Un pueblo sin memoria no es ni pueblo, ni soberano”. (Josu Sorauren).

Hoy, un grupo de organismos no gubernamentales y diferentes profesionales, con el guiño de antiguos pobladores, estamos dedicados obstinadamente a preservar y poner en valor al Saint Christopher. Ese viejo remolcador de 74 años, que hace 63 se encuentra descansando en la Bahía de Ushuaia.

Con ese fin se han llevado a cabo varias reuniones, invitándose especialmente al último encuentro del pasado lunes 9 de octubre, el Arquitecto Naval Jorge Drozd de la empresa YD – YACHTDESIGN, el experto naval de la empresa SUMAV Dn: Gustavo Nordenstahl y la abogada especialista en derecho del mar, Dra. Viviana Boggiano. Profesionales de la ciudad de Buenos Aires, especialmente invitados para realizar un diagnóstico del remolcador y un plan de preservación definitiva.

Estos expertos solicitaron la creación de un equipo de trabajo local, quien llevará adelante las obras que se determinen, grupo que ya ha sido convocado y que formó parte de un encuentro en la misma fecha. Conforman este grupo, ingenieros, arquitectos y especialistas en la materia, nucleados en diferentes organizaciones de nuestra ciudad, no descartándose la convocatoria a otras personas que oportunamente se requieran.

Las visitas mencionadas tuvieron oportunidad de conocer el Saint Christopher, estudiaron el estado del mismo y realizaron su propio diagnóstico que se suma al efectuado por nuestra Prefectura.

Como próximo objetivo, una vez recibido el primer informe técnico, será la elaboración de un plan que requerirá varias etapas. Aislamiento del barco del agua. Nuevo estudio del casco principalmente sobre el sector hoy sumergido, estudio de suelo y construcción de una base que le otorgue sustento y mayor seguridad a aquellos sectores más destruidos y en riesgo de colapsar.

Finalmente se planificará una obra lindante al barco que, además de preservarlo y ayudar a futuras restauraciones, ayude a su puesta en valor como elemento que simboliza una de las historias más ricas de Ushuaia.

Justamente en esta última semana, que nos ha recordado los inicios de la ciudad de Ushuaia y que ha motivado diferentes agasajos de las autoridades, a los antiguos pobladores, será el apoyo a esta propuesta, el mejor homenaje que podemos brindarles, el de preservar y respetar su memoria, sus recuerdos, un símbolo que se encuentra grabado en antiguos y no tan antiguos pobladores.

SALVEMOS AL SAINT CHRISTOPHER.

Julio César Lovece
Fundación Ushuaia XXI

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