El problema de la generación energética no es nuevo. Vivimos en un mundo que se mueve principalmente gracias a la quema de combustibles fósiles, con todo lo que ello significa. Las fuentes de energía alternativa tampoco son nuevas y uno de los exponentes más utilizados es la energía hidroeléctrica, la cual se basa en convertir la energía cinética del agua en energía eléctrica
Desde antes del comienzo de la historia, los seres humanos han estado aprovechando la energía de un flujo natural de agua para hacer la vida más cómoda. Antes de la invención de la electricidad, se utilizaban las cascadas de los ríos para mover las turbinas que movían los molinos que podían moler el trigo para hacer harina mucho más rápido que manualmente. Estas máquinas fueron tan eficaces que todavía se utilizan hoy en día, y se convirtieron en la base mecánica de los generadores que podían crear electricidad a partir del movimiento de la caída de agua: la energía hidroeléctrica. Argentina tiene una larga tradición de embalses para la generación de energía. En nuestro país la energía hidroeléctrica representa alrededor del 30% del totalidad de electricidad que se genera. Argentina cuenta con más de 60 centrales hidroeléctricas en funcionamiento y se plantea la construcción de nuevas represas en la patagonia. Sin embargo, este método es considerado anticuado y se encuentra fuertemente resistido debido a que, si bien la generación hidroeléctrica no tiene emisiones perjudiciales para la atmósfera, la construcción de embalses modifica los cauces de los ríos, provocando el deterioro de vastas regiones con el impacto negativo sobre el ecosistema que esto conlleva.
A pesar de esto, la energía hidráulica no debe ser desechada como opción, ya que existen numerosas alternativas para aprovechar el movimiento del agua, que en nuestro país es abundante, para la generación de energía. Estos métodos alternativos, que en otros países ya se utilizan, tienen la ventaja de tener un impacto mínimo en el ambiente en contraposición de las tradicionales represas que ponen en peligro la continuidad de ecosistemas completos
Pequeñas turbinas para ríos y mares
Si hay algo que en nuestro país se encuentra en abundancia es el agua. Si bien el primer impulso es el de construir represas para aprovechar su energía, existe una alternativa viable y amigable con el ambiente. Se trata de las turbinas. El caso más emblemático es el de la turbina helicoidal de Gorlov. Así como las turbinas de viento aprovechan la energía cinética del movimiento del aire, la turbina Gorlov ha sido diseñado para aprovechar la energía cinética del agua en movimiento, incluso las corrientes de movimiento lento, sin la necesidad de las represas. Estas turbinas, junto a otros diseños que también han sido pensados para ríos y corrientes marinas, pueden ser una alternativa viable a la generación a través de represas para evitar el gran impacto que estas tienen sobre el ambiente. Al mismo tiempo el costo es infinitamente menor, lo que permite la mejor administración de los presupuestos para el desarrollo energético del país.
La energía de los océanos
Siguiendo con la generación de energía limpia y renovable a partir del movimiento de las aguas encontramos el caso de la energía mareomotriz, la cual se basa en el aprovechamiento de las mareas a través de turbinas o molinos de agua. Las variaciones de mareas generan una corriente de agua muy poderosa de la cual se pueden extraer grandes cantidades de kilovatios de una forma totalmente limpia. Una alternativa innovadora ha sido el aprovechamiento del movimiento de las olas. Conocida como energía olamotriz, el método consiste en la obtención de electricidad a partir de energía mecánica generada por el movimiento de las olas. Es uno de los tipos de energías renovables más estudiados actualmente, y presenta enormes ventajas frente a otras energías renovables debido a que en ella se presenta una mayor facilidad para predecir condiciones óptimas que permitan la mayor eficiencia en sus procesos.
Todas estas técnicas alternativas a las represas presentan sus ventajas y desventajas. La generación de energía hidroeléctrica mediante embalses sigue siendo el método más estudiado y utilizado, pero al mismo tiempo el que más impacto tiene. En este sentido resulta de suma importancia el estudio, perfeccionamiento y aplicación de los métodos alternativos. Las dificultades del sistema energético argentino son más que evidentes y la necesidad de reemplazar los viejos sistemas basados en la quema de combustibles fósiles se encuentra más que justificado en la necesidad de revertir el cambio climático global. El proyecto de las represas del Río Santa Cruz ha despertado el debate en torno a este tema y nos encontramos en un momento crucial para discutir el futuro de la generación de energía en nuestro país.
Abel Sberna

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