Según la Real Academia Española, el término “confraternidad” hace referencia a un vínculo de hermandad, a una relación de parentesco. Por ello, al hablar de confraternidad antártica, es inevitable pensar en todos aquellos hombres y mujeres que han permanecido en el continente blanco, hermanándose para siempre.
Cada 21 de junio, con el Solsticio de Invierno, se llama a la reflexión acerca de la importancia de la presencia argentina en el territorio antártico. Esto tiene sus antecedentes en la Ley N° 25.433 promulgada el 11 de julio del 2001 que autoriza al personal superior, subalterno y civil de las Fuerzas Armadas, y civil dependiente de la Dirección Nacional del Antártico – Instituto Antártico Argentino, que haya realizado campañas invernales en las bases antárticas, a agregar al grado y/o título que revisten la expresión “Expedicionario al Desierto Blanco”.
A esto, se sumó un proyecto que propuso incorporar en el calendario escolar un día específico que invite a la reflexión sobre la temática antártica. Esto se realizaría con material pedagógico adecuado para aprender, conmemorar y concientizar a los alumnos de los distintos niveles educativos.
Si bien ya existía la efeméride del Día de la Antártida Argentina —fecha que recuerda la primera vez que la Bandera Argentina flameó en la Isla Laurie— la misma quedaba fuera del ciclo educativo, ya que, en general, el 22 de febrero los establecimientos educacionales están en el período de receso escolar.
Fue así como, hacia el 2013, el Poder Legislativo de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur promulgó la Ley Nº 936. La misma versa: “Artículo 1º.- Institúyese en el ámbito de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, el día 21 de junio de cada año como “Día de la Confraternidad Antártica”. Artículo 2º.- El Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Educación, incluirá la fecha antes mencionada dentro del calendario escolar de los distintos niveles del sistema educativo provincial, con el objetivo de promover la difusión y toma de conciencia con respecto a la importancia de la soberanía de nuestro país sobre el territorio antártico.” Dicha legislación fue adherida por varias provincias.
Actualmente, son más de 1.000 hombres y mujeres los que forman parte de las dotaciones pertenecientes a las 44 bases permanentes establecidas por 21 de los países con estatus consultivo en el Tratado Antártico. Ellos comparten la visión del mantenimiento de la Antártida como un continente dedicado a la paz y a la ciencia.
Argentina cuenta con el mayor número de bases permanentes en la Antártida: Orcadas, San Martín, Carlini, Esperanza, Marambio, Belgrano II y Petrel, con una población actual que supera los 200 integrantes de las Fuerzas Armadas y científicos, quienes con su esfuerzo y dedicación contribuyen al desarrollo de a ciencia y al apoyo de los intereses del país en la Antártida.
“Todos los antárticos sabemos con la intensidad que se vive acá. La responsabilidad que implica conducir hombres y mujeres en un clima totalmente hostil, alejados de la familia, de los afectos y amigos, pero con la convicción de que estamos haciendo y formando parte de la historia antártica de nuestro país”, explica el Capitán de Corbeta Juan Manuel Garita, actual Jefe de la Base Antártica Conjunta Orcadas.
En la misma línea, y haciendo alusión a la confraternidad antártica, reflexiona: “El espíritu antártico vive dentro de cada uno de nosotros como una llama eterna. Lo he comprobado en los momentos compartidos con antiguos antárticos. Ese espíritu se vive con la misma energía del primer día, con una enorme pasión. Hablamos de nuestra amada Antártida por el resto de nuestros días, como si fuera la primera vez. El espíritu antártico existe, porque todos estamos enamorados de lo mismo: el continente blanco”.
“Todos los antárticos sabemos con la intensidad que se vive acá. La responsabilidad que implica conducir hombres y mujeres en un clima totalmente hostil, alejados de la familia, de los afectos y amigos, pero con la convicción de que estamos haciendo y formando parte de la historia antártica de nuestro país”, explica el Capitán de Corbeta Juan Manuel Garita, actual Jefe de la Base Antártica Conjunta Orcadas.
En la misma línea, y haciendo alusión a la confraternidad antártica, reflexiona: “El espíritu antártico vive dentro de cada uno de nosotros como una llama eterna. Lo he comprobado en los momentos compartidos con antiguos antárticos. Ese espíritu se vive con la misma energía del primer día, con una enorme pasión. Hablamos de nuestra amada Antártida por el resto de nuestros días, como si fuera la primera vez. El espíritu antártico existe, porque todos estamos enamorados de lo mismo: el continente blanco”.
Fuente: Mi Argentina