En nuestro país, la agricultura tiene una importancia económica enorme, es por ello que la actividad ha crecido a pasos agigantados en los últimos tiempos. Lamentablemente las técnicas actuales se basan en monocultivos que tienen un impacto negativo en el ambiente. Es por ello que un investigador propuso una Ley que busca diversificar la producción para así reducir el impacto.
La agricultura ha cambiado muchísimo desde los años en que se comenzó a sembrar y cosechar para subsistir. Los tiempos de los campos sembrados con infinidades de productos para el mercado han pasado. Hoy en día la producción, a nivel internacional, se ha tecnologizado mutando a lo que se conoce como monocultivo, es decir la producción de una sola especie vegetal en grandes extensiones de territorio. Soja, trigo o girasol forman parte de la acotada lista de productos vegetales que hoy en día se cultivan en todo el mundo. Lo que este tipo de agricultura representan a nivel ambiental es que se pierde biodiversidad y los campos sembrados se convierten en lo que algunos llaman “desiertos verdes”. Es decir, vastas extensiones de territorio donde prácticamente no existe la biodiversidad.
Lo que pocos sospechaban era que está perdida de diversidad biológica causada por el monocultivo tendría un efecto negativo sobre la propia actividad agrícola. Y es que dentro de las especies que comienzan a desaparecer se encuentran los polinizadores, los cuales cumplen la importante función de garantizar la procreación de infinidad de vegetales.
Con esta preocupación en mente, el Ingeniero Agrónomo Lucas Garibaldi y la Senadora Silvina García Larraburu (FPV) elaboraron un proyecto de Ley que tiene como objetivo promover la biodiversidad en las áreas sembradas. Este proyecto propone el establecimiento de un mínimo de cuatro hábitats diferenciados por cada 200 hectareas, de los cuales por lo menos uno debe ser natural. El proyecto se encuentra en tratamiento en la comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Congreso de la Nación. Garibaldi sostiene que de aplicarse las prácticas propuestas por la Ley, se podría, gracias a la diversificación de especies, mejorar los rindes de los cultivos hasta un 25% al mismo tiempo que se reduciría notablemente el impacto de la agricultura sobre el ambiente, ya que este tipo de agricultura diversa contribuye a la purificación del agua y el aire, y evitan las inundaciones cada vez más frecuentes en la región pampeana.
Garibaldi sostiene que “nuestra vida depende de ecosistemas saludables. Cuando se van perdiendo los polinizadores, se va perdiendo la salud de nuestros ecosistemas y, por lo tanto, la calidad de vida. Las acciones en Argentina todavía son pocas”. Asimismo, el Ingeniero agrónomo explica que “al interior de la comunidad científica hay consenso sobre que la monocultura, la ganadería y las forestaciones monoespecíficas son la principal causa de pérdida de biodiversidad en el mundo. Este mensaje no es tan obvio fuera del ámbito científico: esas ideas todavía no están llevadas a cabo en Argentina, de modo que podamos evitar y revertir el impacto negativo que genera la degradación ambiental sobre nuestras sociedades”.
Abel Sberna
Fuente: Agencia CTyS