En las últimas horas, una serie de incendios forestales afectaron distintos puntos de la provincia de Mendoza. Uno de los más importantes se desató en el cerro Arco, lindante a la capital provincial.

Altas temperaturas, vientos intensos e imprudencia. Cuando estos factores se encuentran, el resultado es desastroso. En las últimas horas, los habitantes de la ciudad de Mendoza fueron testigos del poder destructivo del fuego y de las consecuencias de la imprudencia. Todo empezó el viernes por la noche en la ladera sur del cerro Arco y se expandió rápidamente con el arribo del zonda. El fenómeno expandió el fuego a al menos 150 focos en Las Heras, Guaymallén, Maipú y en la ciudad de Mendoza. En pocas horas, el fuego puso en peligro no solo el ambiente natural del cerro Arco, sino también la seguridad de los habitantes de la zona. El Cerro Arco tiene una altura de 1.600 metros y en su cima se ubican varias repetidoras de radio y televisión que fueron afectadas por el fuego. También es un sitio muy elegido por deportistas que realizan trekking y parapente, entre otras actividades al aire libre.

Foto: Delfo Rodríguez

Fueron 24 horas durante las cuales se vieron afectadas alrededor de 1.500 hs de bosque, fauna autóctona e infraestructura agraria. El incendio, que se desarrolló a escasos kilómetros del centro mendocino, obligó a la evacuación de más de 100 casas de dos barrios humildes pertenecientes al municipio de Las Heras. Las familias involucradas tuvieron que ser trasladadas a un polideportivo y recién pudieron regresar a sus hogares el domingo por la mañana. “Por suerte pasó lo peor. Estuvo bastante cerca el fuego. Tuvimos mucho humo, cenizas y polvo”, dijo Isabel, vecina de la zona.

Según el secretario de Ambiente de la provincia, Humberto Mingorance, el incendio fue provocado de forma intencional. Según testigos, uno de los focos de incendios lo provocó un grupo de estudiantes que celebraba con una fogata el comienzo de la primavera. “Cuando el fuego se descontroló, se asustaron y se fueron”, relató un vecino.

Foto: Delfo Rodríguez

Se trató de un incendio complicado, con fuertes vientos y temperaturas elevadas que dificultaron el trabajo de los Bomberos, Policía y personal de Defensa Civil que participaron del operativo para controlar las llamas y evitar que el ígneo se extendiera. El jefe de Defensa Civil, Daniel Burrieza, explicó que se trató de “un siniestro de alta complejidad por la temperatura extrema y la intensidad del viento. Además hay predios que no han estado bien cuidados y tenían muchos yuyos y malezas, cartones y nylon, lo que favoreció la combustibilidad”. Afortunadamente, durante la madrugada del domingo, el ingreso de un frente frío facilitó el trabajo y permitió controlar los principales focos de incendio. “El único foco que queda es al oeste del cerro Arco. La situación está contenida y en el llano, estamos en guardia de ceniza”, informó Guillermo Ferraris, jefe del Plan de Manejo del Fuego de Mendoza.

 

Abel Sberna

 

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