La empresa ya fabricaba localmente el 80% de los productos que vende en el país a través de socios en Córdoba, San Luis, Buenos Aires y Tierra del Fuego.

Ahora, suma lavarropas de alta gama, con motores Inverter que ahorran energía, con la tecnología que lanzó en 2015 en Europa.

Y promete que para 2018 tendrán más novedades, ya que estudian un nuevo producto para fabricar en su planta, aún por aprobarse. “Inauguramos la producción de la línea de lavarropas; son modelos de carga frontal con tecnología Supreme Care, la misma que lanzamos en Europa hace dos años, a través de un sistema automatizado con muchos controles de calidad”, explicó Alejandro Toscano, gerente Sr. de Asuntos de Gobierno y Comunicación de Whirlpool Latinoamérica.

La empresa empieza a producir hoy 100.000 unidades al año de 7, 8, 9, 10 y 12 kilos de capacidad, que, según Toscano, “no sólo ahorran energía por su motor Inverter y agua, sino que también ofrecen el menor sonido y vibración del mercado, lo que también alarga la vida de las prendas, por el menor desgaste”. El modelo más económico, de 7 kilos, costará unos $ 15.000 al público, pero, según aclaró, la tecnología es la misma en todos, sólo varía la capacidad del tambor.

A los comercios llegará durante el primer trimestre; los que se comercializan hoy de ese mismo modelo son importados.

La producción propia se centra en estos productos Inverter, pero Whirlpool continuará fabricando con su socio local de lavarropas modelos más masivos, para complementar su oferta.

Lo mismo hicieron con las cocinas, con capacidad para 60.000 al año: los modelos propios son de mayor gama, más grandes que los habituales (de 60 y 76 cm, frente a los tradicionales de 56 cm), con características diferenciales como timer para cortar la llama en el tiempo deseado, entre otras.

Para los productos de línea blanca (lavarropas, heladeras, cocinas, entre otros) importados rigen las licencias no automáticas. “Si uno quiere crecer en participación de mercado en la Argentina tiene que fabricar en el país, para poder tener volumen”, explicó Toscano, que asegura que ya lograron un 10% de share en la categoría total.

Al ser consultado sobre si es competitivo fabricar localmente, Toscano destacó que, al ser productos fabricados con una plataforma global ya en funcionamiento, la empresa se ahorra el costo de inicio de producción, ya absorbido a nivel global. “No hacemos un producto para la Argentina; traemos tecnología global para aplicar en nuestra planta y así podemos también tener un mayor volumen en el mercado, de 100.000 al año, que no podríamos al importar”, explicó el ejecutivo. “Generamos ya más de 100 empleos directos y más del 50% de ellos son de jóvenes de la zona, de La Matanza, que encuentran su primer empleo en una multinacional”, destacó.

El mercado de lavarropas se recupera este año, tras la caída de 2016, frente a una alta demanda en 2015. “Las tres categorías principales de línea blanca (heladeras, lavarropas, cocinas) aportan el 80% del volumen; las ventas de la categoría en general crecen 15% este año, alza que compensa la baja de 2016. Esperamos que el año cierre a un nivel similar a 2015, que había sido bueno, sobre todo por el cuarto trimestre, cuando las compras se adelantaron por las expectativas de devaluación”, explicó. “Para 2018 esperamos un crecimiento genuino, por encima de 2015”, agregó.

 

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