Ruth Gómez, esposa del submarinista del ARA San Juan Mario Toconás, recordó que cuando el buque desapareció y ella promediaba el cuarto mes de embarazo, lo único que quería era que lo localizaran para contarle a su marido que iban a ser padres de una nena, y al cumplirse hoy tres meses del último contacto aseguró que nunca imaginó que “tanto tiempo después seguiría sin poder darle la noticia”.
Los últimos contactos entre ambos fueron por WhatsApp hasta donde la señal lo permitió, y luego hubo algunos más por mensaje de texto cuando el buque partía desde Ushuaia a Mar del Plata. “Antes de salir a navegar hablábamos de si creía que sería un varón o una nena. Yo le decía que iba a ser un varón, porque todas mis hermanas tienen varones”, relató. No tenían pensado nombres, dijo, pero Ryan, el hijo de 9 del matrimonio, empezó a proponer algunos durante los primeros días de búsqueda del submarino, y de a poco empezó a ganar fuerza la idea de llamar María Luz a la futura integrante de la familia. “Él le puso María, y yo, Luz. Eligió María porque le gustaba, y porque es parecido al nombre de su papá”, explicó.
Al cumplirse tres meses de la última comunicación del submarino, Gómez aseguró que tiene presentes “como si hubieran sido ayer” los primeros días de la búsqueda, cuando su rutina entre el colegio de Ryan y el fin de un curso de instrumentadora que estaba haciendo tuvo que incorporar cada vez más horas en la Base Naval a la espera de novedades.