El bloque de hielo de 1600 kilómetros cuadrados se desprendió a fines de septiembre de la plataforma de hielo Amery. Aseguran que este evento no está relacionado con el cambio climático y que se trata de un aspecto más del ciclo natural de la plataforma de hielo.

La naturaleza y sus fenómenos son siempre deslumbrantes. Sin embargo, cada cierta cantidad de años, algunos acontecimientos se destacan por la magnitud de las fuerzas que se ponen en movimiento. Estos eventos nos recuerdan las verdaderas dimensiones del planeta que nos rodea y dan cuenta de lo dinámico que es todo en el ambiente natural. Hace unos días se conoció la noticia de que el iceberg más grande de los últimos 50 años se desprendió de la Antártida. Las imágenes satelitales que se difundieron retratan un fenómeno de proporciones épicas.
El coloso de hielo tiene una superficie de 1600 kilómetros cuadrados, unas 3 veces más que la Isla de los Estados u 8 veces la ciudad de Buenos Aires. Se trata de una gigantesca isla flotante con un peso aproximado de 350.000 millones de toneladas y un espesor de aproximadamente 210 que actualmente se encuentran flotando a la deriva en el océano. El desprendimiento se produjo entre los días 25 y 25 de septiembre en la plataforma de hielo Amery, la tercera más grande del continente antártico. El iceberg fue bautizado como D-28 y actualmente se encuentra siendo monitoreado para evitar posibles riesgos para la navegación de embarcaciones. No se veía un desprendimiento de estas dimensiones desde el año 1963, cuando un iceberg de 9000 kilómetros cuadrados se desprendió de la misma plataforma. Ese iceberg continúa siendo el más grande registrado hasta el día de hoy.

Debido a la situación actual con relación a la crisis climática, el evento puede parecer atribuible al calentamiento global. Sin embargo, los científicos que estudian la plataforma de hielo y vienen haciendo el seguimiento del desprendimiento, aseguran que se trata de un evento que forma parte del ciclo natural de la formación de hielo. Amanda Fricker, glacióloga del Instituto Scripps, mencionó que es muy importante destacar que este evento es parte del ciclo normal de la plataforma y no tiene relación alguna con el cambio climático. “Es parte del ciclo normal de la plataforma de hielo, donde vemos desprendimientos importantes cada 60 a 70 años“. Fricker declaró estar emocionada “de ver este evento después de todos estos años. Sabíamos que sucedería eventualmente, pero solo para mantenernos alerta, no es exactamente dónde esperábamos que fuera”. Ella y sus colegas habían estado vigilando un lugar cercano conocido como “diente flojo” desde 2002 debido a su forma y su precario apego a la plataforma de hielo.

Ahora centrarán sus estudios en el impacto que este desprendimiento tendrá en la estabilidad de la placa de hielo flotante, ya que se trata de un fragmento de dimensiones considerables que puede incidir en la dinámica de toda la formación. El equipo, que investiga la plataforma Amery desde el año 2002, asegura que este proceso es natural y lo esperable es ver grandes desprendimientos cada 50 o 60 años. Asimismo, desde el Instituto de Oceanografía Scripps, organismo que lleva adelante los estudios en la región, aseguran que este desprendimiento no tendría incidencia en el nivel del mar, ya que se trata de una plataforma de hielo flotante, es decir, hielo que ya está en el agua.
Abel Sberna
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