Cuando partí de Japón, salí sin guitarra, porque la regalé: se la entregué a un guitarrista japonés que tocaba temas argentinos. Su nombre era un jeroglífico para mí. Le pregunté acerca del significado de su nombre. Me respondió: “Mi nombre quiere decir Río del Corazón”. Entonces, yo lo rebauticé, como lo había hecho con Ramón y Emilio. Le llamé, esta vez en lengua quechua, Sonko-Mayú, que significa lo mismo: Río del Corazón. Y este mozo, desde entonces graba discos, tiene alumnos, y se anuncia permanentemente con su nuevo nombre de Sonko-Mayú, ya definitivo para él.

fragmento de DEL ALGARROBO AL CEREZO de Atahualpa YUPANQUI, 1977.

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