La reforma impositiva que promueve el Gobierno todavía no llegó al Congreso, pero ya generó discusiones en el recinto del Senado.
En su anteúltimo informe del año ante el Parlamento, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, recibió una seguidilla de cuestionamientos de parte de representantes de provincias que se sienten afectadas por las modificaciones que se proponen.
Mientras que los senadores de Tierra del Fuego alertaron sobre las consecuencias que tendría para la economía local la eliminación de impuestos internos a los productos electrónicos, los de San Juan y Mendoza pusieron el grito en el cielo por el incremento de los impuestos al vino.
No fueron los únicos cuestionamientos: representantes de otros distritos preguntaron a Peña por una posible pérdida de recursos coparticipables y exigieron una solución política al reclamo judicial de Buenos Aires por el Fondo del Conurbano, una de las principales preocupaciones de los gobernadores del interior. “Hemos dejado en claro la hoja de ruta. El Presidente definió el lunes los conceptos generales. Después dieron más detalles los ministros. Ahora pondremos en funcionamiento ámbitos de diálogo más específicos donde podamos escuchar las partes y hacer los números. La propuesta integral beneficia a todos los sectores. Además se trata de una propuesta, no de una imposición”, respondió el jefe de Gabinete, ante la primera ráfaga de críticas. Peña arrancó su exposición con un repaso de los consensos básicos lanzados por Mauricio Macri.