A pesar de la lluvia de agua nieve, se realizó la 1era. Marcha por la Diversidad en Ushuaia con la participación de varias organizaciones militantes y el apoyo de la Universidad Nacional Tierra del Fuego.
Matías Moncho, integrante de la comisión organizadora, contó que las actividades comenzaron desde las 16 horas con charlas abiertas y ponencias de invitados sobre temáticas de género y salud en el Yámana Bar de Ushuaia. “La idea fue juntarnos, tomar unos mates, charlar entre todos. Se invitó a la psicóloga Silvia González para que hable sobre HIV y otras enfermedades de transmisión sexual, no desde el punto de vista médico, sino con un objetivo social, observar cómo se procesa en uno la infección de otras personas. Después habló Alejandra, una chica trans, quien nos comentó su transcurso de vida como hombre y luego su transformación como mujer”.
Luego, a las 18 horas, desde la Biblioteca Sarmiento arrancó la Marcha del Orgullo por la Diversidad por todo el casco céntrico, con la participación de varias organizaciones militantes y el apoyo de la Universidad Nacional Tierra del Fuego. Los militantes por los derechos LGTB portaban carteles en reclamo del cupo trans y cantaban, tratando de que el frío no apague el entusiasmo del desfile.
Al finalizar la jornada, Moncho expresó a EL ROMPEHIELOS, que quedó “sorprendido” por la convocatoria, y contó que “llegó gente de Río Grande y pudimos charlar con ellos. Estoy contento, porque más allá del clima, marchamos y la nieve le dió una característica especial y local”.
Ante el prejuicio que se observa en las redes sociales, interrogando sobre el porqué se debe hacer una marcha de orgullo por la condición de ser gay, lesbiana, transexual, etc., el integrante de la organización respondió que “la movilización tuvo el objetivo de salir a la calle y mostrarnos, no quedarnos adentro de la casa con vergüenza, somos orgullosos y somos parte de la sociedad. Hay que visibilizar que hay personas que viven de forma distinta su sexualidad. No podemos organizar marchas todos los meses, pero sí armar charlas-debates para que la gente separe la idea de que sólo hay parejas de hombres y mujeres. Se puede empezar a hacerlo invitando al debate. La calle es un lugar legítimo para reclamar derechos y para que la gente nos vea; el matrimonio igualitario no hubiera sido posible sin las movilizaciones”.
“No hay que tener vergüenza, no se puede cambiar los preconceptos en la comunidad de un día para el otro pero de a poco se puede lograr tener un nivel de tolerancia en el que cada uno aceptará al otro tal como es”, concluyó Moncho.
Silvana Minué
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