Finalmente, y después de dos semanas de que se llevaran adelante las elecciones municipales, se conocieron los nombres de los hombres y mujeres que formarán parte de la nueva conformación del Concejo Deliberante de Ushuaia.

Juan Carlos Pino, Laura Ávila, y Gabriel de la Vega ocuparán las bancas de Unidad Fueguina; Ricardo Garramuño y Mariana Oviedo conformarán el bloque del Movimiento Popular Fueguino; la banca de FORJA será para Juan Manuel Romano; y la del Partido Verde será de Javier Branca.

Llegaron dos mujeres de dos espacios políticos distintos al Concejo Deliberante y con eso se rompió la exclusividad masculina en ese organismo, hecho que hay que marcar como un ligero avance en un contexto de gravedad institucional enorme tras 4 años de ausencia absoluta. Sin embargo hay que señalar que, 28,5% de representación femenina no es paridad de género, porque el fallo del Superior Tribunal de Justicia nunca garantizó la ocupación efectiva de las bancas.

No hizo falta aplicar la reglamentación establecida por el máximo organismo judicial de la Provincia para que las candidatas ocuparan esos lugares, porque ambas fueron las segundas más preferidas de sus listas. Este hecho llevó a decir a Mariana Oviedo que nunca buscó acceder a una banca por su condición de mujer.

Nadie que resulta electo llega sola o solo o por el trabajo individual. Ni siquiera por la idoneidad o capacidad. Se llega a ser electo por un entramado de subjetividades que se juegan en el cuarto oscuro vinculados al trabajo de la militancia y otros a factores que confluyen en la construcción de cada voto. Esa voluntad popular que le dicen.

Quienes resultan electos, llegan también porque hay una estructura partidaria que banca, respalda y milita esa candidatura en función de interpretar los contextos sociales. Lo que está clarísimo es que absolutamente nadie llega en soledad o por mérito individual.

Eso no desmerece ni a les candidates electes, ni a los partidos políticos. Todo lo contrario. Pondera su capacidad política y su habilidad para interpretar a las sociedades siempre cambiantes.

Por eso es importante señalar que aunque las candidatas resultaron electas sin la necesidad de utilizar la reglamentación del Superior Tribunal de Justicia, llegaron luego de una discusión que instaló el Movimiento de Mujeres y que caló hondo en la sociedad ushuaiense. No es admisible, en el contexto actual, un Concejo Deliberante sin mujeres. Y eso fue lo que obligó a los partidos políticos a buscar a las mujeres y también a militarlas y respaldarlas.

Nadie pretende que, bajo estos nuevos paradigmas, quienes ocupen las bancas lo hagan por su género. Pero después de construir una sociedad global que tiene una mirada androcéntrica por más de 2000 años, es lógico que los partidos políticos conserven prácticas patriarcales que dificultan el acceso de las mujeres a los lugares de decisión. Los porcentajes avalan esa sentencia, ya que en 2020 el Concejo Deliberante de la capital fueguina, tendrá sólo un 28,5% de representación femenina.

Estos nuevos paradigmas que están en pleno debate buscan romper esas barreras y dificultades para poner un piso de igualdad. Y fue la discusión sobre la paridad de género que puso de relieve una situación absolutamente injusta en Ushuaia. Ese debate fue protagónico en estas elecciones y construyó una idea clave; las mujeres al concejo, las mujeres en las bancas, las mujeres en los lugares de decisión. El lugar natural del género femenino no es el doméstico. Pero queda un largo camino hacia la paridad de género.

Los nuevos integrantes del Concejo Deliberante tienen el enorme desafío de modificar las normas vigentes para garantizar la paridad efectiva en la conformación del cuerpo colegiado. Es un desafío, pero también una manda judicial. ¡Bienvenides al Concejo!

 

Luz Scarpati

 

 

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