Una consecuencia insospechada del calentamiento global es la pérdida de uno de los tesoros más valiosos para la ciencia, que se oculta en los sensibles hielos del sur del planeta
Cada vez que un meteorito cae en la Tierra, es como si recibiéramos una diminuta pieza del enorme rompecabezas universal. Un fragmento con información sobre el cosmos, su origen y sus rincones más desconocidos. Por eso, estas rocas espaciales son verdaderos tesoros para la ciencia.
Unos 17 mil meteoritos caen cada año en algún lugar del planeta. La mayoría son pequeños, de menos de 50 gramos, y no se encuentran jamás. Sin embargo, de todos los meteoritos que los científicos sí logran recuperar, el 60 % son hallados de la Antártida.
La razón es muy simple: el contraste de las rocas negras sobre el fondo de hielo blanco hace que sea mucho más fácil buscarlos y encontrarlos.
En algunas regiones, los meteoritos se acumulan por cientos de miles de años, lo que da lugar a las llamadas zonas de varamiento de meteoritos. Cuando los procesos climáticos interactúan favorablemente, las rocas espaciales permanecen allí durante tanto tiempo debido al flujo de hielo estancado y la falta de erosión en condiciones frías y secas.
Pero el calentamiento global está trayendo problemas. Según científicos de Suiza y Bélgica, el aumento de las temperaturas es responsable de la desaparición de unos 5 mil meteoritos de la Antártida cada año.
Cómo se hunden los secretos del universo
Esto sucede porque el aumento de la temperatura y la luz del Sol hacen que el meteorito, que es básicamente una roca oscura que yace en las explanadas de hielo, se caliente más que su entorno. Como consecuencia, el hielo circundante se derrite y el meteorito se hunde.
“Incluso cuando las temperaturas del hielo están muy por debajo de cero grados, los meteoritos oscuros se calientan tanto con el Sol que pueden derretir el hielo directamente debajo del meteorito, que crea una depresión local en el hielo y con el tiempo desaparece completamente bajo la superficie”, explicó Veronica Tollenaar, de la Universidad Libre de Bruselas.
El estudio, que se publicó esta semana en la revista Nature Climate Change, estima que por cada décima de grado que aumenta la temperatura global, desaparecen unos 9000 meteoritos de la superficie de la capa de hielo.
Y el panorama empeora. Para el año 2100 y bajo un escenario de altas emisiones de Gases de Efecto Invernadero, el 75 % de los meteoritos podría perderse.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores utilizaron simulaciones basadas en inteligencia artificial, estimaciones de modelos climáticos y datos de observación satelital.
“Necesitamos acelerar e intensificar los esfuerzos para recuperar los meteoritos antárticos. La pérdida de meteoritos es muy parecida a la pérdida de datos que los científicos obtienen de los núcleos de hielo recolectados de los glaciares en desaparición: una vez que desaparecen, también desaparecen algunos de los secretos del universo”, dijo Harry Zekollari, profesor asociado de Glaciología en la Universidad Libre de Bruselas.
Fuente: Noticias Argentinas