La contaminación por microplásticos está alterando los microbiomas intestinales de las aves marinas salvajes. Dado que el contacto con estos productos es mucho mayor en humanos, nos podría estar pasando lo mismo.
Microplásticos: nefastos para la microbiota intestinal. Los científicos han estado preocupados, durante años, por los daños potenciales que pueden causar los microplásticos en la naturaleza y los seres vivos. Estas pequeñas partículas de plástico de menos de 5 mm de longitud se han encontrado en todas partes debido a la contaminación, desde los océanos profundos de la Tierra hasta regiones remotas de la Antártida, e incluso en los mariscos que comemos. Pero, ¿los microplásticos son realmente dañinos?
Un equipo internacional de científicos, incluidos investigadores de la Universidad McGill, encontró evidencia de que los microplásticos en el tracto digestivo de las aves marinas alteraron el microbioma. Y causaron un aumento de la presencia de patógenos y microbios resistentes a los antibióticos. Al tiempo que disminuyeron las bacterias beneficiosas que se encuentran en los intestinos.
“Nuestros hallazgos reflejan las circunstancias de los animales en la naturaleza. Dado que los humanos también absorben microplásticos del medio ambiente y a través de los alimentos, este estudio debería actuar como una advertencia para nosotros», dicen los autores.
“El microbioma intestinal abarca todos los microbios del tracto gastrointestinal, que ayudan a controlar la digestión de los alimentos, el sistema inmunitario, el sistema nervioso central y otros procesos corporales. Es un indicador clave de la salud y el bienestar», dice Julia Baak, coautora del estudio y candidata a doctorado en el Departamento de Ciencias de los Recursos Naturales de la Universidad McGill.

Para obtener una mejor comprensión de cómo las dietas contaminadas crónicamente con microplásticos afectan a las especies, un equipo de expertos comprobó el contenido intestinal de aves de alta mar.
Los científicos examinaron el microbioma intestinal de dos especies de aves marinas, el fulmar norteño (Fulmarus glacialis) y la pardela cenicienta (Calonectris borealis). Estas son dos especies que viven principalmente en alta mar y se alimentan de moluscos, crustáceos y peces marinos.

“Hasta ahora había poca investigación sobre si las cantidades de microplásticos presentes en el medio ambiente tienen un impacto negativo en la salud microbiana intestinal de las especies afectadas”. Esto dice Gloria Fackelmann, quien realizó el estudio como parte de su tesis doctoral en el Instituto de Ecología Evolutiva y Genómica de la Conservación en la Universidad de Ulm en Alemania.
Al estudiar las aves marinas, los investigadores descubrieron que la ingestión de microplásticos cambió las comunidades microbianas en todo el tracto gastrointestinal de las dos especies analizadas. “Cuantos más microplásticos se encuentran en el intestino, menos bacterias comensales se pueden detectar”.
“Las bacterias comensales suministran a su huésped nutrientes esenciales y ayudan en la defensa contra agentes patógenos oportunistas. Las perturbaciones de estos productos plásticos pueden afectar muchos procesos relacionados con la salud y provocar enfermedades en el huésped”, dice Fackelmann. Microplásticos: nefastos para la microbiota intestinal.
Nefastos aún en menores concentraciones
Según los investigadores, la mayoría de los estudios que exploran el impacto de los microplásticos en el microbioma se realizan en laboratorios que utilizan concentraciones muy altas de microplásticos. “Al estudiar animales en la naturaleza, nuestra investigación muestra que los cambios en el microbioma pueden ocurrir en concentraciones más bajas que las que ya están presentes en el entorno natural”, dice Fackelmann. Microplasticos: nefastos para la microbiota intestinal.
Fuente: Ecoticias