El pasado 20 de abril un turista que transitaba por el sendero a Laguna Torre, en la Zona Norte del Parque Nacional Los Glaciares, fue testigo del ataque a un huemul (Hippocamelus bisulcus) por parte de mascotas sueltas, logrando registrar cómo el ejemplar de este ciervo nativo en peligro de extinción debió ingresar al río ante su persecución.

Ante una nueva situación de este tipo, resulta necesario recordar que está prohibido ingresar con mascotas a todos los Parques Nacionales y concientizar a visitantes y comunidades sobre la problemática que representan estos animales domésticos para la fauna silvestre. En este sentido, la proliferación de perros sueltos en las calles de la localidad de El Chaltén, que tienden a seguir a la gente que ingresa a los senderos, representan una importante amenaza para el huemul, además de una molestia y riesgo para los visitantes.

Asimismo, esta situación tiene como consecuencia la formación de grupos de perros con comportamiento de jauría, con el riesgo de depredación hacia la fauna silvestre, el ganado doméstico y posibles ataques a visitantes. A esto se suma que la condición sanitaria de los perros sin supervisión ni control veterinario conlleva riesgos de transmisión de enfermedades a la fauna silvestre y los seres humanos.

Personal del área protegida realiza sistemáticamente recorridas por la Zona Norte, donde se capturan perros y se los traslada a la Seccional para contactar a sus dueños y elaborar el acta de infracción correspondiente. Además, se cuenta con la colaboración de los guías de senderismo que dan aviso y ayudan a la mitigación del daño producido por la falta de una tenencia responsable de las mascotas y los efectos negativos de los perros sobre nuestro ciervo andino-patagónico.

El ingreso de perros tiene graves consecuencias sobre la presencia y viabilidad de las poblaciones de huemul debido a su alta vulnerabilidad. Estudios demostraron que los perros pueden atacar tanto a machos como hembras, ya sean adultos o crías, y que la presencia de jaurías circulando libremente por el territorio del Parque produce desplazamientos de los huemules, que abandonan sus áreas de uso habitual hacia otras marginales. Esto no sólo genera la pérdida de calidad del hábitat sino también la disminución de probabilidades de avistaje de ejemplares de la especie, que se traduce a su vez en la pérdida de calidad del área como destino turístico sustentable.

Debido a su delicado estado de conservación en el país, el huemul fue declarado Monumento Natural Nacional en 1996. Además, es una especie emblemática del Parque Nacional Los Glaciares, donde habita su población más austral.

Fuente: Parques Nacionales

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