Capitán Campos – En los 40´s, cuando Campos fue secretario de varios gobernadores de Tierra del Fuego, vivía en Ushuaia un hombre apellidado Luisón. Imaginemos que este señor trabajaba en alguna estancia, en un aserradero, en la colonia penitenciaria, pescaba en los canales o comerciaba en el pueblo; imaginemos que vivía con su familia en una casa hecha con madera de lenga, una casa recubierta con chapa de hierro acanalada para resistir con éxito los temporales; este señor, como muchos otros habitantes de esa pequeña Ushuaia, endurecidos por el frío y la desolación que implicaba vivir en aquellos tiempos bajo los anchos cielos del sur, sabía lo que eran la solidaridad y el agradecimiento.

En esos años, Luisón, como muestra de cariño, cuando nació Mercedes, le regaló a la esposa del Capitán Campos, una vaca para que en su hogar no le faltara a los niños la leche. La señora, que había nacido en La Plata y llegó a Ushuaia creyendo que era una ciudad, por supuesto, no tenía ningún tipo de experiencia con el ordeñe de los bovinos. Dicen que tuvo tres días en un galpón a la vaca sin saber qué hacer con ella. Finalmente se vio obligada llamar a Luisón, y compungida le agradeció mucho y se la devolvió.

Fede Rodríguez

(Anécdota extraída de una entrevista a Mercedes Campos, hija de Ernesto Campos, para el documental ¨Los sueños del Gobernador Campos¨.)
Editada 20/10/2018 – 12.50hs

 

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