Según se desprende de un informe del ANAC, tanto el aeropuerto internacional de Ezeiza como el aeroparque Jorge Newbery están funcionando al límite y existe temor sobre las consecuencias que podría provocar el ingreso de las aerolíneas de bajo costo.

El desembarco de las líneas aéreas de bajo costo es una de las grandes apuestas del Gobierno, que espera desarrollar el sector gracias al impulso de inversiones tanto locales como internacionales. Es que el bajo nivel de desarrollo actual de este mercado hacen que la Argentina sea “probablemente el último país donde hay una increíble oportunidad”, según estimó Michael Cawley, el ex CEO de Ryanair y accionista de la low cost FlyBondi.

Pero el horizonte de las líneas aéreas de bajo costo ahora tiene un escollo por resolver: ¿la infraestructura de los aeropuertos metropolitanos –Ezeiza y Aeroparque– está en condiciones de sumar más vuelos? Según la Justicia, la respuesta es incierta. Por ello, el juez federal Sergio Torres intimó este lunes al Gobierno para que elabore un informe sobre qué gestiones se han concretado “tendientes a garantizar la seguridad del tráfico aéreo y el uso racional del espacio”.

La medida tiene como efecto evitar lo que supone un “colapso” de operaciones por la llegada de las aerolíneas low cost. La reacción del magistrado se originó luego de que recibiera un informe de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) donde se alerta que el aeropuerto de Ezeiza y el aeroparque Jorge Newbery están operando prácticamente al límite de su capacidad.

Ante ello, Torres remitió un oficio al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, para que informe “si se encuentran dadas las condiciones de seguridad, tanto en términos operacionales como en efectividad del sistema”.

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