ÉRASE UNA VEZ LA COSTA DEL BEAGLE es una serie de publicaciones en torno a una expedición a pie que partió desde Ushuaia conectando Ea. Harberton y Tolhuin, en la Isla Grande de Tierra del Fuego. Esos nombres propios poco tienen que ver con lo que sigue. Lo que se cuenta aquí habla más sobre las costas del Canal Beagle: su historia y también el polémico corredor actualmente en marcha (obra de vialidad que originalmente conectaría la bahía de Ushuaia y Cabo San Pío). En un futuro ese lugar va a ser otro, se transformará radicalmente. De eso tratan parcialmente estos artículos de publicación quincenal.
La joya del Beagle
Hasta la presente instancia de nuestros relatos los días fueron de pleno sol, poco viento y sin demasiada lluvia. Tener varios días prístinos en continuado no es algo tan común por estos lares y eso motivó en gran medida al grupo. Con esa energía partimos nuevamente cruzando el Río Remolino dejando atrás las estancias en desuso.
Este tramo fue casi completamente por la ruta complementaria K que nace cruzando el río recién mencionado. Con dicha ruta va a empalmar el futuro corredor costero del Beagle. Actualmente es un camino de ripio mejorado y si bien no es lo que preferimos al caminar esto le dio su particularidad al día. Sucede que cuando se recorre la naturaleza a pie hay que ir en fila, el primero abre camino y el resto de la tropa sigue sus pasos. En el ripio esto es diferente y pudimos trasladarnos juntos, con compañeros a nuestros costados. Esto habilitó a que podamos hablar y pensar largo sobre el futuro corredor.
La piedra visible de Les Éclaireurs – Rollo 35mm 400 ASA
Profundizamos sobre aquello que veníamos masticando: Ushuaia. La ciudad está creciendo como puede. Hacia el sur ciertamente no porque se enterraría en el canal. Hacia el norte se está comiendo la montaña y el bosque, pero no planificadamente. Al ver las imágenes en perspectiva que tomamos a unos kilómetros de la ciudad vimos cómo poco a poco la urbe va mordiendo la ladera de la montaña. Principalmente con viviendas precarias, sin servicios y con riesgos no menores debido al desnivel. Necesario es recordar que esta ciudad es de actividad sísmica a causa de la falla transformante entre las placas tectónicas Sudamericana y Scotia. Digamos que seguir ampliando la ciudad hacia el norte sería una mala decisión.
Hacia el oeste ha ido creciendo, pero eventualmente se llegará al Parque Nacional como límite. Otra dirección para extenderse en viviendas es el cenit. La capital fueguina podría crecer hacia arriba. Convertirla en una ciudad de edificios y así densificar la población. Podríamos argumentar que esta es una opción si olvidamos la importancia del turismo en la economía del lugar. También deberíamos olvidar las disposiciones arquitectónicas de la ciudad y el riesgo sísmico ya señalado. Demasiados olvidos para considerar eso una opción. ¿Qué nos queda? Todo parece indicar que la salida sería el corredor hacia el Este. De eso seguiremos hablando más adelante.
La última vista de Ushuaia – Rollo 35mm 400 ASA
Siguiendo por el camino nos vino a dar bienvenida aquello que sabíamos no deslumbraría por su ausencia. Aunque no llegaba no la extrañábamos. La lluvia. Como grupo tenemos un principio que no se presta al debate: no hay que mojarse. Si las bolsas de dormir y las ropas se mojan sin dudas hay que prepararse para no pasar una buena noche. Pero como en la zona hay corrientes cruzadas desde la Antártida y del Atlántico sabemos que entre lluvias hay respiros. En esos días el andar es entrecortado, se avanza, se frena, se avanza, se frena, y así en un tedioso sinfín de paradas húmedas y frías.
Así fuimos ganando terreno hasta llegar a Puerto Almanza, el primer poblado que nos tocaba atravesar. Lugar ideal para variar la dieta de fideos y lentejas, pues en ese pueblo pescador se destaca la estrella de la pesca artesanal: la centolla, además de mariscos y róbalos de frescuras inusitadas. Del mar al plato sin demasiadas escalas.
Puerto Almanza – Rollo 35mm 400 ASA
La calle visible – Rollo 35mm 400 ASA
Al ingreso del pueblo a la altura del destacamento de la Armada nos paró de nuevo la lluvia. Decidimos enviar tres centinelas de avanzada bien emponchados y sin mochilas para buscar alojamiento o en su defecto un lugar de acampe. A la vuelta manifestaron el fracaso de lo encomendado y la moral del grupo apreció baja en las caras. Luego de unos segundos los centinelas estallaron en risas y contaron sobre Sergio, pescador artesanal y dueño de un restaurante. Tenía unas cabañas al lado de su establecimiento y hacia ahí partimos con ansias de conocer más sobre la historia del poblado.
Un hombre sabio en la elección de sus pausas, de esas que hablan, y de reflexiones propias acerca del desarrollo de la zona y del corredor costero. Sus palabras nos ayudaron confirmar algunas certezas y a expandir horizontes en otras.
Pueblo de pescadores – Rollo 35mm 400 ASA
Hablamos del tema que todo fueguino sabe bien, asunto que viene de hace años y ya es cosa conocida. Pero más allá de eso puede decirse que es cosa no abordada al menos en términos prácticos: los castores. Invasores traídos por fantasiosas ambiciones peleteras que representan hoy un problema de gravedad. Al caminar por los lugares en donde hay castores hace que se caiga más de una lágrima. Áreas incontables, inundadas y repletas de árboles caídos que no vuelven a crecer. Se altera el paisaje de manera alevosamente triste y el terreno se vuelve intransitable.
Ante eso Sergio antepone el famoso sentido común que a veces es mejor que cualquier estudio. Su propuesta es el consumo. Afirma que la mejor medida para controlarlo es simplemente comerlo. Según él cazadores sobran y establecimientos para ofrecerlo al público también. Lo que falta es la habilitación y la iniciativa oficial. Y no solo eso, también arriesgó un par de recetas para tratar el sabor fuerte de su carne. Propone el escabeche o al horno con leche y ajo. “Si escabechado te comes hasta una goma de auto”, nos dijo mientras de fondo teníamos el canal y sus aves.
El Pueblo del canal – Rollo 35mm 400 ASA
De ahí pasamos a la cuestión de las salmoneras. Si bien ya se ha manifestado un fuerte NO, popular y oficial, no deja de ser importante llevar el tema a la lengua para que no nos tome por desprevenidos el astuto lobby político. Según nos cuenta este memorable pescador y poblador, el salmón le compite los recursos a las especies nativas (debido a las fugas de las jaulas) y genera una gran contaminación. En Chile hay senda experiencia sobre esto, incluso en lugares donde las jaulas noruegas de salmones ya no están. Metros de desechos y parásitos yacen en el lecho. Ya no hay pesca que valga ahí. Al parecer los europeos hacen bien los deberes en sus casas pero no en las nuestras. Sucede que las salmoneras se instalan y viene algún que otro dólar, pero a los años se retiran dejando lagunas y canales sin recursos para los pobladores. “Si desaparece la pesca de centolla y otros bichos, ¿qué va a venir a comer la gente hasta esta parte del mundo? ¿Hasta Usuahia se van a venir a comer coredero patagónico? ¿Mejillones chilenos o salmón de cultivo? ¿Hasta acá? Si eso pasa muere la joya de Ushuaia: la centolla.”
Lindo fue que el texto se suba por las ramas, las centollas, los castores y salmones pero volvamos al tema del corredor que es lo que aquí se atiende. En el recorrido antes de llegar al poblado pudimos corroborar el triste porqué del reclamo ambientalista. Bosque nativo ha caído. Asimismo pudimos apreciar lo aledaño al corredor: los terrenos.
Hace ya algunos años vienen palabras y promesas respecto a la cesión de terrenos para quienes pueblen y desarrollen actividades productivas en Almanza. No es la primera vez que nos informamos sobre dichos temas y resulta que hace años que no se avanza. Los pobladores presentan papeles respaldatorios que van a parar a expedientes en cajones. Incluso algunos habitantes manifiestan la intención de compra, pero tampoco se concreta nada por dicha vía.
Y lo que es aún peor es que en cada una de nuestras visitas se ven nuevas apropiaciones de terrenos. Esto de ninguna manera puede ser provechoso para el crecimiento sustentable de la zona. Hay una inacción oficial que no se puede atribuir a un gobierno particular, sino que parecería ser algo estructural en la gestión política de la provincia. ¿Sucederá lo mismo con los terrenos aledaños al futuro corredor? O aún peor, ¿los terrenos aledaños serán vendidos a dedo para futuras especulaciones inmobiliarias? Bregaremos porque sea un camino de soberanía y no el beneficio de pocos.
- Texto: Gerónimo Hernández
- Fotos: Manuel Fernández Arroyo
- Idea y concepto: Roberto Hilson Foot
*Esta publicación surge a partir de una expedición más de www.EstudiosPatagonicos.com.ar durante el verano 2019/20 en la que participaron: Connor Fernández, Gerónimo Hernández, Gonzalo Molinari, Juan Cruz Gonzalez, Leandro Espinoza, Manuel Fernández Arroyo, Martín López Behar, Roberto Hilson Foot, Valentin Viñales.
**Es posible que esta imágen corresponda a Ea. Remolino y no a Ea. Túnel. Decidimos mantener la referencia publicada en el libro “El espíritu de los hombres de Tierra del Fuego”. Aparentemente el fondo coincide con lo que se observa de la isla Navarino a la altura de Remolino y no con el paisaje del Monte Susana o la isla Hoste desde Túnel. La presencia del pecio Sarmiento podría ser definitoria sobre el origen de la fotografía, pero queda fuera del ángulo de toma.
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