Como nos pasó con La Tercera contra Francia, puedo mirar indefinidamente los videos del domingo por la noche: de todos los aficionados, todos los momentos, desde todos los ángulos y con las voces de todos los relatos. Adivino que a muchos les pasa lo mismo.
Si acaso hubiera un guionista de todo esto, es un artista extraordinario. Qué maravilla lo que nos pasó, aún en su dramatismo y con su halo de tristeza y nostalgia que nos habita.
Vale entonces volver a citar lo que otras veces: “Albert Camus, arquero de Argel, autor de La peste y El extranjero, decía que el fútbol le había enseñado todo lo que creía saber de la vida. Es posible: aunque parezca exagerado, en un rectángulo de césped los hombres escenifican siempre el imprevisible drama de la vida”. Son palabras de Osvaldo Soriano en el prólogo de “Fútbol argentino”, libro de Osvaldo Bayer.
Y si no hay guionista, pues asistimos a la épica de una voluntad inquebrantable. Es una suerte y una gracia que debemos agradecer, celebrar y también aprender.
Leandro Doolan
foto de portada AFP