Investigadores de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y del Conicet identificaron un grupo de genes que mejoran la capacidad vegetal de resistir frío, lo que podría tener futuras aplicaciones biotecnológicas en el sector agro.
En el estudio, publicado en “Nature Communications” y difundido hoy, el doctor en Biología José Manuel Estévez y colegas identificaron en un modelo vegetal de la especie Arabidopsis thaliana genes que favorecen la capacidad de las raíces de las plantas para absorber agua y nutrientes que escasean en suelos sometidos a bajas temperaturas (10°C).
Se trata de los genes, PRX62 y PRX69, que fueron descubiertos mediante microscopía avanzada y una técnica que se conoce como “estudio de asociación del genoma completo” o GWAS, por sus siglas en inglés, informó la Agencia CyTA-Leloir.

“Actualmente los productores agrícolas reportan millones de dólares de pérdidas en sus cultivos a causa de las bajas temperaturas producidas por las heladas. Cada año las cosechas de agricultores en países con climas templados o fríos resultan afectadas por estos fenómenos climáticos intensos”, indicó a Télam Estévez, investigador del Conicet y jefe del Laboratorio Bases Moleculares del Desarrollo Vegetal de la FIL.
Para Estévez, este estudio arroja evidencias importantes sobre mecanismos moleculares vinculados con la ciencia básica y con potencial aplicación “sobre cómo las plantas son capaces de responder al estrés causado por las bajas temperaturas”.
“Dilucidar estos intrincados mecanismos de respuesta vegetal nos permitirá en un futuro generar cultivos más resistentes a estas condiciones adversas”, sostuvo.
Según la evidencia colectada, los investigadores propusieron que, en condiciones de frío, los genes PRX62 y PRX69 modifican a otras proteínas (extensinas) en la pared celular de ciertas estructuras de las raíces encargadas de captar agua y nutrientes del suelo, llamadas pelos radiculares.
“La pared se vuelve más laxa y así permite la mayor elongación del pelo en la búsqueda de nutrientes poco disponibles en el medio de crecimiento”, destacó a la Agencia CyTA-Leloir Javier Martínez Pacheco, becario doctoral del Conicet en el grupo de Estévez y primer autor del trabajo.

Cuando los investigadores inhibieron los genes, las plantas sometidas a condiciones de frío se deterioraban rápidamente, y por el contrario, la sobreexpresión de esos genes mejoró su supervivencia.
Del trabajo también participaron miembros de diferentes grupos de investigación entre los que se incluyen liderados por Corina Fusari (Cefobi-Conicet, Rosario), Claudio Meneses (Universidad Andrés Bello, Chile), Federico Ariel (IAL-Conicet, Santa Fe), Ezequiel Petrillo (Ifibyne-UBA-Conicet, Buenos Aires), Javier Botto (Ifeba-UBA-Conicet, Buenos Aires), Alejandro Nadra (iB3-FCEyN-UBA, Buenos Aires) y Christophe Dunand (LRSV,Francia).
En septiembre de 2020 Estévez había recibido una distinción del Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (Icgeb), con sede en Trieste, Italia, por sus estudios para el desarrollo de cultivos adaptables a condiciones desfavorables.

En aquel momento, el investigador destacó con Télam la importancia de estas investigaciones en el contexto actual porque “en este entorno de cambio climático global es esperable que haga falta cada vez más desarrollar cultivos que sean más adaptables a condiciones adversas”.
Consultado sobre el impacto que los cultivos transgénicos tuvieron sobre los suelos, Estévez aseguró que “como toda tecnología tiene que ser bien utilizada; el problema de los transgénicos no es en sí la planta sino que después se utilizó como monocultivo con todo el problema que esto ocasionó en los suelos”.
Fuente: Agencia Télam