Con capacidad para ocho personas, el dispositivo está diseñado con materiales nacionales. Su utilidad es el tratamiento en intoxicación con monóxido de carbono y la cicatrización de lesiones crónicas.

Como tesis final de Ingeniería Mecánica, tres estudiantes presentaron una cámara hiperbárica con capacidad para ocho personas sentadas o dos en camilla, destinada a centros médicos.

La cámara permite suministrar oxígeno a mayor presión que la normal, lo que sería de utilidad en casos de intoxicación con monóxido de carbono, insuficiencia pulmonar, cicatrización de quemaduras o lesiones en diabéticos, explicaron los autores.

Franco Melluso, Cristian Pérez y Mariano Bustos se unieron para presentar el trabajo final de carrera y eligieron la propuesta, dirigida por el profesor César Lanz.

“La idea surgió en pandemia. Estuvimos relevando sobre sus ventajas, características y modelos. Las cámaras hiperbáricas son recipientes a presión para ocupación humana, permite una mayor oxigenación al cuerpo. La oxigenoterapia tiene múltiples ventajas, no es invasiva. En nuestro caso, es multiplaza, es decir con varios ocupantes a la vez. En época de COVID podría haber ayudado mucho”, dijo Mariano.

Los jóvenes realizaron el proyecto y diseño mecánico completo, pensado desde las pequeñas válvulas al compresor, el lugar de la batería de tubos, ventanas, distribución de cañerías, iluminación, seguridad, comunicación con el interior y además, ideando cuenta con una pre-cámara, aspecto que se ofrece escasamente entre las pocas opciones que se venden en el país.

“Está orientada al uso medicinal, con una capacidad máxima de 6 personas en la cámara principal sentadas, o 2 personas en camillas. La pre cámara, está pensada para 2 personas que desean entrar o salir de la cámara principal, sin interrumpir el tratamiento del resto de los pacientes.

“El material sería de acero al carbono y cumplirá las condiciones requeridas por la Norma ASME de Seguridad para Recipientes a Presión de Ocupación Humana. Se buscó una opción de funcionamiento simple y que se pueda construir con elementos y equipamiento disponibles a nivel nacional”, destacan en el texto.

La misma tiene un volumen total de 15m³, y el trabajo de los alumnos contempla desde marcas de sillas recomendadas, tipo de pintura anticorrosiva, espacios entre los elementos, dimensiones y detalles.

“El paciente respira tranquilamente 100 % oxígeno mientras permanece en la cámara presurizada a una presión dos o tres veces superior a la presión atmosférica. Es la única terapia indicada en ciertos casos y en muchos otros ayuda en el tratamiento de enfermedades y problemas clínicos o quirúrgicos difíciles, aparte de producir un efecto revitalizador en todos los tejidos.

“La importancia del tratamiento con oxígeno hiperbárico radica en la factibilidad que presenta el plasma sanguíneo de permitir la dilución del oxígeno, incrementando de diez a quince veces la concentración de este elemento, lo que produce un incremento cuatro veces mayor de difusión de oxígeno desde los capilares funcionales a las células”, indicaron entre las bondades de la oxigenoterapia.

“La variante seleccionada para la tesis fue la cámara hiperbárica multiplaza, ya que tiene ventajas sobre las variantes restantes, como la disminución del riesgo de incendio por presurizarse con aire, se puede controlar más ante síntomas de intoxicación por oxígeno, permite tratamiento simultáneo de varios pacientes y en caso de enfermos en estado crítico se puede asistir desde el interior de la misma”, indicaron.

Mariano contó que el mayor inconveniente radica en la inversión inicial, pero que luego el mantenimiento es sencillo.

Franco nació en Viedma y tiene 30 años, Mariano es bahiense, tiene 36 y Cristian es montermoseño y tiene 28.

El docente a cargo de la dirección de la tesis, mencionó que además del uso médico, la cámara se puede utilizar en otros campos. “Hay mantenimientos o roturas en plantas petroleras ubicadas en alta mar o buques que requieren reparación, en casos en los operarios que son buzos. Y al salir a la superficie precisan hacer una descomprensión, por eso también se puede utilizar para lograr que los buzos vuelvan a adaptarse a la normalidad”, agregó Lanz.

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