Los fuertes vientos catabáticos, que fluyen en primavera desde el centro de la Antártida hacia sus bordes glaciares, pocas veces pueden ser captados porque lo que dominan son cielos mayormente nublados. Pero este 10 de octubre el satélite Landsat 8 aportó imágenes muy valiosas.

El glaciar Pine Island, junto con el glaciar Thwaites, atrae la atención como una de las principales vías de flujo de hielo desde la capa de hielo de la Antártida occidental hasta el mar de Amundsen, tal como relata Earth Observatory. Su ubicación es en la Antártida occidental, al oeste de la península Antártica. También ha sido uno de los glaciares que más rápido retrocede en el continente blanco, y el hielo en su borde marítimo se fractura y se desprende regularmente de los icebergs, algunos lo suficientemente grandes como para recibir un nombre.

La imagen lograda por Landsat 8 ilustra “el poder del viento”, que en este caso se extiende hacia los bordes del continente desde el interior frío, tal las palabras de Christopher Shuman, glaciólogo de la Universidad de Maryland.

En varias notas te hemos contado sobre este proceso en Meteored Argentina. Sin embargo, en octubre de 2024, fue la atmósfera sobre el hielo la que se robó el espectáculo con un espectáculo de nieve y “humo marino”. Llamamos entre comillas al humo marino al proceso en el que el viento desprende hielo y nieve de la base del glaciar y lo arrastra en su camino.

Generalmente, la nubosidad impide ver desde los satélites lo que ocurre en la base del glaciar. Pero la excepción se dio el pasado 10 de octubre de 2024, cuando el OLI (Operational Land Imager) en el satélite Landsat 8 adquirió esta imagen, que es la que encabeza este artículo.
Una imagen que es una figurita de las difíciles

Los satélites normalmente no pueden capturar imágenes claras de estos fenómenos atmosféricos cercanos a la superficie porque las nubes tienden a estar presentes cuando ocurren, dijo Christopher Shuman, glaciólogo de la Universidad de Maryland, condado de Baltimore, con base en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA. Esta serie de imágenes tiene un gran valor sobre el proceso que juega el viento sobre glaciares de estas dimensiones, ya que es algo que se puede ver pocas veces.

En esta imagen, el “humo marino” parece formarse en el borde mismo del extremo del glaciar, así como sobre el agua abierta a lo largo de su borde norte, dijo Shuman. Este fenómeno ocurre debido a una marcada diferencia de temperatura entre el hielo y el agua que lo rodea. Aquí, los vientos empujan el agua y el hielo marino lejos del frente de hielo, lo que provoca un afloramiento de agua relativamente cálida para reemplazarlo desde abajo. El humo marino se forma cuando el aire frío se mueve a través del agua más cálida, y cuando el aire frío no puede retener el vapor de agua que encuentra, se condensa rápidamente en pequeños cristales de hielo.

Earth Obervatory explica que el viento también levanta nieve de la superficie de la capa de hielo de la Antártida occidental adyacente, lo que explica más corrientes de color blanco en toda la escena. Los orígenes de algunas de estas columnas son particularmente visibles cerca de la zona de cizallamiento desordenado a lo largo del lado sur del glaciar Pine Island, que se muestra en la segunda imagen de esta nota.

Algo que no debería sorprender

Los dos fenómenos que se observan aquí son un testimonio de la fuerza de los vientos primaverales sobre la Antártida. “Realmente no debería sorprendernos ver vientos que salen del interior con todo el aire frío del invierno que ha estado aislado allí durante meses”, dijo Shuman. La masa de aire frío de la capa de hielo prepara el escenario para los vientos catabáticos, que se desarrollan cuando ese aire relativamente frío y denso fluye pendiente abajo y se precipita hacia la costa.

Es difícil saber la velocidad del viento catabático sobre los glaciares que fluye hacia el mar, pero fácilmente podrían superar los 150 km/h. En algunas partes de la Antártida, incluida la zona alrededor del glaciar Pine Island, los fuertes vientos pueden transportar y sublimar suficiente nieve como para tener una influencia significativa en el equilibrio de masa superficial de las capas de hielo polares.

Sin embargo, no se entiende completamente en qué medida la nieve que sopla contribuye a la pérdida de masa superficial debido a la dificultad de recopilar datos terrestres en estos sitios y a las lagunas en las observaciones satelitales. El balance de masa superficial de las grandes capas de hielo polar y de las superficies de nieve y de hielo en general no se comprende completamente debido a la complejidad de los procesos involucrados. Una investigación publicada en JGR Atmospheres indica que uno de estos procesos, la nieve a la deriva y el viento, solo se ha considerado de una manera muy simplificada en los modelos meteorológicos y climatológicos actuales.

Fuente: Meteored

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