Gloria Montoya, integrante de esta entidad de bien público, contó que “esta es la primera convocatoria de cortes que hacemos, el año pasado tuvimos mucho éxito haciéndolo así. Ya comenzamos a trabajar, ya estamos cociendo también en el taller, pero básicamente lo que nos abocamos hoy, es a cortes”.

Explicó que “lo que nosotros hacemos es recolectar el cabello para luego confeccionar pelucas oncológicas, las que se entregan a pacientes de manera gratuita, ya ue el valor del costo es altísimo, por ello nosotros lo que hacemos es entregarlas de manera gratuita, en comodato, a los pacientes que no pueden solventar ese gasto”. “Ya tenemos tres pelucas entregadas y tres en confección que ya están destinadas a tres personas. De las tres que entregamos dos fueron para niñas y de las que estamos haciendo, una también es para una niña, lo cual nos llena el corazón verlas luciendo su pelito, es un momento tremendo el que ellas atraviesan”.

“Estamos pidiendo voluntarios, tanto mujeres como hombres, porque el trabajo es mucho. Nos mueve el amor y la solidaridad por el otro; hay muchos que conocen a una persona con esta enfermedad, sea un familiar o un amigo, sabemos que muchos han fallecido y su familia también es movida a colaborar. La idea es colaborar con quienes tenemos al lado, lamentablemente hay mucha gente en Tierra del Fuego con esta enfermedad y ayudarlas a transitar ese dolor, sea las personas que lo padecen o a los familiares, es algo muy importante”.

Berenisse Nilson, una de las colaboradoras que trabaja en esta fundación confió que “sentimos emoción tras emoción ver que gente trae su pelo que lo juntó desde hace dos semanas o dos años y siempre hay una historia, bien de alguien que conoce o de algún familiar; y siempre está la necesidad de la gente de querer hacer algo por el otro. La intención general es hacer el bien y a todo lo largo del día son miles de emociones”. “Hoy una chica de 20 años de edad, dio todo en un acto de valentía: se rapó todo el cabello, fue impresionante porque ella se puso en el lugar de esa persona que sufre una enfermedad oncológica. Lloró por la emoción y eso nos contagió a todos, fue un momento altamente emotivo”, describió la voluntaria. Agregó que “no solo vienen mujeres adultas, vienen también nenas y asimismo hombres, todos a donar su pelo que lo han dejado crecer incluso desde hace dos años, para una causa muy noble”.

 

 

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