Hoy 25 de abril se celebra el Día internacional de la lucha contra el maltrato infantil para crear conciencia sobre esta problemática que todavía se presenta en muchos hogares argentinos donde niños y niñas son víctimas de abusos. “En Argentina, el 96, 3% de los adultos piensa que los chicos y chicas no deben ser castigados físicamente. Sin embargo, al preguntar por las prácticas, los mismos encuestados dan cuenta del frecuente uso del castigo físico en la crianza (40.5%)”, dijo la representante adjunta de Unicef Argentina, Ana de Mendoza, en un artículo de opinión para Télam.
Aunque De Mendoza destaca que si bien “el maltrato físico es la forma más evidente” porque puede ser observado y denunciado con pruebas, “el maltrato emocional o psicológico es la modalidad más común y al mismo tiempo más difícil de reconocer”, comenta. Es decir, “los gritos, las amenazas, los insultos y las descalificaciones son formas de maltrato que no dejan marcas tan visibles, pero también afectan el desarrollo integral de las niñas y niños”, asevera.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), define un maltrato como “cualquier omisión o acción, intencional o no, por parte de las personas a cargo del niño, niña o adolescente que comprometan la satisfacción sus necesidades primarias (alimentación, abrigo y protección contra el peligro) y socioemocionales (interacción, afecto, atención, estimulación y juego) por las que se vea afectado su desarrollo físico y emocional, su integridad y que implique una vulneración de sus derechos”. Puntualmente, en Argentina, “el castigo corporal está prohibido desde la sanción del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación (Art. 647) y la Ley de Protección Integral de la Niñez (26.061)”. Asimismo, el conocido tratado internacional de la Convención sobre los Derechos del Niño exige la responsabilidad del Estado en la generación de estas políticas “para que la familia pueda asumir adecuadamente sus funciones en la crianza”, indica De Mendoza.
Muchas veces los padres incurren en maltrato infantil por desconocer otros métodos de crianza.
Al respecto, De Mendoza señala: “A criar se aprende: todas las familias enfrentan desafíos en torno a la crianza”. Sin embargo, esto no es excusa para que se sigan repitiendo maltratos a menores de edad. “La protección de la infancia frente al maltrato es responsabilidad de toda la sociedad. Ante el conocimiento o sospecha de una situación de violencia contra un niño o una niña, es importante dar intervención a los organismos de niñez especializados a través de las líneas #102, disponibles en 15 provincias, o el Servicio Local de Protección de Derechos de niños, niñas y adolescentes más cercano”, agrega la representante.